Escondido en el denso tejido de la ciudad, este modesto y discreto mercado ofrece un contraste distintivo con los edificios de oficinas de gran altura que lo rodean. En medio del rápido ritmo de desarrollo de la ciudad, su presencia continua actúa como un ancla de memoria—un lugar donde los espacios familiares y cotidianos persisten, sostenidos por el compromiso duradero de la comunidad local.


En ese contexto, el restaurante aborda el sitio como una adición cuidadosa—una que no busca destacarse, sino que contribuye a un nuevo ritmo en un espacio ya rico en uso y memoria. El diseño se basa en los valores existentes de la antigua casa, transformándolos en una experiencia espacial que responde a las necesidades contemporáneas.



En la planta baja, la estructura original de vigas de madera—característica de la vivienda tradicional influenciada por la cultura china—se conserva y se reutiliza como un área de comedor con un techo notablemente bajo. Este arreglo espacial fomenta un sentido de intimidad, evocando la sensación de las comidas comunales tradicionales: mesas bajas, comida compartida y un sentido de unidad.



En contraste, el piso superior presenta un volumen más alto y abierto, con la estructura del techo original casi completamente preservada. La luz natural se filtra a través de materiales ligeros—como mallas de alambre, paneles de espuma plantados y una iluminación sutilmente integrada. Lámparas colgantes de gran tamaño se colocan en diálogo con la madera expuesta, proporcionando tanto una suave sensación de cerramiento como un ritmo visual que conecta el interior con la estructura general del edificio.


El proyecto se guía por un ethos de moderación, continuidad y reinterpretación. El nuevo espacio no reemplaza al viejo; más bien, busca aclarar y replantear su valor a través de un lenguaje de diseño más contemporáneo y refinado. Las transiciones entre capas espaciales, materiales y funciones están intencionadamente compuestas—permitiendo que la nueva arquitectura no solo se asiente naturalmente en el vecindario, sino que coexista y lleve adelante las narrativas ya profundamente arraigadas en el sitio.
