Muros de tierra compactada de 4 metros de altura delimitan esta cancha de tenis, un espacio flexible destinado a actividades comunitarias en el barrio de Osu, en Acra, la capital de Ghana. El proyecto, desarrollado por el estudio local de Glenn DeRoche, incorpora un acceso principal que conduce a un camino pavimentado. A ambos lados de este recorrido se extiende un huerto con más de veinte especies de plantas comestibles y medicinales, que ofrece a los jóvenes de la zona un lugar para el cultivo y el aprendizaje.
Los muros, perforados con aberturas triangulares, se construyen con módulos prefabricados de tierra apisonada estabilizados con solo un tres por ciento de cemento. Esta proporción reduce el impacto ambiental sin sacrificar la textura ni la identidad del material. Así, un recurso arraigado en la tradición local se aplica de forma contemporánea y escalable, aprovechando al máximo su potencial estructural y ambiental.
La pista de tierra batida con un banco corrido está destinada a acoger partidos profesionales de dobles, pero también promueve el acceso comunitario mediante clases gratuitas para niños. Un volumen anexo alberga vestuarios, duchas y aseos, mientras que otros pequeños módulos ofrecen almacenamiento y áreas de apoyo, como zonas de descanso y barbacoa.

El recinto rítmico de paneles prefabricados permite la ventilación y crea un juego de sombras que protege del viento y aporta carácter al espacio. Un sistema de captación y desvío de aguas pluviales garantiza el riego de la pista y los jardines. El Backyard Community Club se presenta así como un prototipo replicable de espacio cívico que combina deporte, sostenibilidad e identidad local.












