La iglesia de Sant Esteve se encuentra en el extremo oriental del municipio de Marganell (Barcelona), un municipio situado en la ladera norte del macizo de Montserrat. La iglesia está a 1.5 km del centro del pueblo, en medio de un gran espacio natural.

La iglesia ha sufrido modificaciones a lo largo de los años, pero aún mantiene gran parte de su estructura románica del siglo XI. Al principio del proyecto, la iglesia consistía en la nave central, una capilla lateral en el lado norte y el campanario ubicado en la esquina suroeste.

La nave central, de 15 m de largo y 7’7 m de ancho, tiene paredes de bloques de piedra dispuestas en filas. Tiene un ábside semicircular sin ventanas ni adornos y un altar mayor pavimentado con piezas cerámicas. La pared frontal tiene la puerta principal, que data de 1824, y una ventana circular alta. El edificio ha estado sin techo desde que fue destruido durante la Guerra Civil.

La capilla lateral está cubierta por una bóveda de cañón y se comunica con la nave central a través de un arco ancho. El campanario es una torre vacía de base cuadrada, de 4 m en cada lado y aproximadamente 15’7 m de altura, coronada con un techo a dos aguas. El objetivo del proyecto es adaptar el espacio para albergar eventos culturales y religiosos en interiores, pero manteniendo su función como espacio público abierto a los vecinos.

La propuesta arquitectónica consiste en tres intervenciones distintas: Consolidación estructural del edificio, Creación de un techo de vidrio sobre la nave principal y Creación de una escalera dentro del campanario. La consolidación estructural se basa en la limpieza de las paredes verticales que definen el recinto de la iglesia. Se retiran los elementos vegetales existentes y se reemplazan las recuperaciones de pared dañadas.

La nueva cubierta de vidrio se coloca en el interior del edificio, permitiendo el uso del espacio interior cubierto sin alterar la imagen exterior de la iglesia. El techo se sitúa a unos cinco metros de altura y está formado por una estructura metálica de vigas incrustadas en las paredes de piedra originales. Estas vigas soportan los perfiles del techo, así como un perfil perimetral libre de las paredes que permite la ventilación del espacio y, al mismo tiempo, canaliza el agua de lluvia hacia las gárgolas creadas en las paredes. En el área del ábside, los perfiles forman un semicírculo adaptándose a la curvatura de las paredes.

Un pavimento de arena se coloca bajo la proyección del gran techo transparente, mientras que todo lo demás se resuelve utilizando un pavimento de grava muy fina. La otra intervención fue recuperar el acceso al campanario, que había permanecido inaccesible debido a la quema de la iglesia durante la Guerra Civil. Se ha colocado una escalera metálica en el interior de la torre, y su piso de listones permite una vista completa del interior de la torre.
