El cannabis se ha utilizado ampliamente a lo largo de la historia de la humanidad para diversos fines: textiles, papel, alimentos, medicinas, biocombustibles e incluso las estigmatizadas drogas recreativas. Considerada una de las primeras plantas cultivadas por la humanidad, su historia se remonta a milenios y a menudo se entrelaza con el mundo de la construcción. El cáñamo, una de las variedades de cannabis, fue un material esencial en la historia de la construcción, venerado por su excepcional resistencia y versatilidad.
Mucho antes de la llegada del hormigón y el acero, las civilizaciones antiguas aprovecharon este recurso para crear materiales de construcción robustos y transpirables. Los egipcios, conocidos por sus numerosos logros arquitectónicos, utilizaron cáñamo en cuerdas y velas, componentes vitales en sus construcciones monumentales. En la antigua China, el cáñamo no sólo era un cultivo crucial para los textiles y el papel, sino también una de las primeras formas de materiales de construcción compuestos. En la Francia del siglo VI, los merovingios empleaban mortero de cáñamo para construir puentes, mientras que los romanos reforzaban sus edificios con mortero con fibra de cáñamo.
Hoy en día, se está redescubriendo el potencial del cáñamo como recurso sostenible en la industria de la construcción y se espera un futuro emocionante para el material, con innovaciones como el hempcrete y los paneles de fibra de cáñamo que allanan el camino hacia un futuro más verde. El material está experimentando un renacimiento, no como una reliquia del pasado, sino como un hito de la innovación sostenible en la construcción contemporánea. Esto es especialmente valorado en un momento en el que el planeta se enfrenta a un cambio climático y una degradación ambiental evidentes. Este resurgimiento no se limita a proyectos aislados, sino que puede convertirse en un material de masas. Según un artículo reciente del New York Times, comunidades enteras e incluso edificios públicos están empezando a adoptar el cáñamo como material. A medida que las regulaciones se relajan y las cadenas de suministro se desarrollan, el cáñamo está posicionado para convertirse en una piedra angular de las prácticas de construcción sostenible, combinando la tradición con la innovación de vanguardia.
El hormigón de cáñamo, un biocompuesto producido a partir de corteza de cáñamo y cal, destaca como un ejemplo notable de cómo este antiguo material puede satisfacer las demandas de la construcción contemporánea. Conocido por sus propiedades aislantes superiores, su capacidad de secuestro de carbono y su bajo impacto ambiental, el hormigón de cáñamo se utiliza en una variedad de proyectos, desde viviendas hasta edificios comerciales, instalaciones temporales o incluso edificios colectivos. A través de una selección de proyectos contemporáneos, a continuación, ejemplificamos el alto potencial de este material:
Por ejemplo, Flat House, de Practice Architecture + Material Cultures, incorpora paneles de hormigón de cáñamo en su fachada, que fueron prefabricados fuera del sitio, lo que proporciona un excelente aislamiento y secuestro de carbono, al mismo tiempo que contribuye a la sostenibilidad general del edificio. En LA FAGE una casa dentro de una casa, diseñada por Plan Común, las grandes aberturas en el lado sur maximizan la entrada de luz natural, mientras que el confort térmico está garantizado a través de aislamiento de alta calidad, calefacción por suelo radiante y un sistema de cal y cáñamo de origen biológico aplicado a la fachada.
En el proyecto «Casa Feita por Muitas Mãos», el hormigón de cáñamo desempeña un papel central en la creación de un entorno sostenible y confortable. El material se utilizó en las paredes de la casa, proporcionando un aislamiento térmico eficaz y una regulación natural de la humedad. El cáñamo, combinado con la cal, da como resultado un material ligero pero resistente que contribuye a la eficiencia energética de la construcción. Además de sus cualidades técnicas, se trata de un producto bio-sourced, es decir, derivado de fuentes biológicas, lo que refuerza el compromiso del proyecto con la sostenibilidad y la reducción del impacto ambiental. En el Pabellón Floriade, diversos materiales de construcción a base de cáñamo enfatizan el potencial de la planta para crear estructuras ligeras y ambientalmente sostenibles. Las materias primas se compraron lo más cerca posible, evitando costes y pérdidas de energía durante el transporte. Para el “hormigón de cáñamo” se utilizaron fibras cultivadas en Almere, así como un pigmento rosa obtenido de plantas cultivadas en Brabante.
El Pabellón Deportivo de Lemoal Lemoal Architectes incorpora cáñamo a sus paredes a través de bloques, con fibras procedentes de plantas cultivadas en Francia y recolectadas a menos de 500 kilómetros del lugar del proyecto. El hormigón de cáñamo, conocido por su durabilidad, alto rendimiento y cualidades innovadoras, aumenta el valor comercial de las cadenas de suministro cortas al involucrar a múltiples partes interesadas en Francia, desde agricultores hasta trabajadores de la construcción. Un último ejemplo proviene de la Casa con Bloques de Cáñamo, diseñada por Arquitectura Viva, en la que los bloques del material quedaron visibles en el interior, aportando una estética peculiar a la residencia.
El cáñamo tiene el potencial de revolucionar la industria de la construcción a través de prácticas e innovaciones sostenibles. Con los avances en las técnicas de cultivo y procesamiento, el futuro del cáñamo en la industria es extremadamente prometedor. Ya se están desarrollando soluciones innovadoras como bloques de cáñamo prefabricados, estructuras impresas en 3D y casas modulares, lo que demuestra la versatilidad y el potencial del material para satisfacer las demandas de la construcción moderna. Además, a medida que las regulaciones evolucionen y las cadenas de suministro se fortalezcan, es probable que el material pase de ser una solución de nicho a ser ampliamente adoptado, especialmente en regiones que priorizan la sostenibilidad y la construcción de bajo impacto ambiental. Con el avance continuo en investigación y desarrollo, se espera que la versatilidad del cáñamo permita aplicaciones nuevas e innovadoras en diversos sectores, consolidándolo como un recurso esencial para un futuro más sostenible.
