Las piscinas dejaron de estar aisladas y se conectan con la propuesta arquitectónica; dónde ubicarla y las últimas tendencias en diseño, colores y materiales; claves para potenciar su efecto visual.
Antes era simplemente valorada por su facultad de entretener y refrescar durante los meses más cálidos del año. Con el tiempo también pasó a ser un elemento de decoración de la vivienda y medio de relax (corpóreo, visual y auditivo) hasta llegar a posicionarse como una estructura más que se diseña y armoniza con el estilo de la casa para formar una unidad. ¿Cómo evolucionó el concepto de mero elemento para refrescarse a factor de diseño y relajación? Las piscinas dejaron de estar aisladas y se conectan con la propuesta arquitectónica. Por eso la ubicación y su diseño son claves para potenciar su efecto visual.
Aunque en la mayoría de los casos, la piscina se utiliza sólo en verano, desde hace unos años se la redescubrió como un elemento de la arquitectura de la vivienda que logra integrar el parque y la casa. «Este fue un cambio radical que llevó a que se la disfrute todo el año también como un elemento visual y, en algunos casos, auditivo. En ese sentido, podemos decir que, con las piscinas, sucede algo similar a lo que ocurrió en el mercado suburbano con la valorización de los lotes al agua o con vista hacia lagunas. Por eso hoy se diseñan los ambientes pensando en la vista que van a tener hacia la piscina.», explica la arquitecta Patricia Rey, del estudio de arquitectura que lleva su nombre. Hay que tener en cuenta que quienes optan por una pileta pegada a la casa muchas veces resignan sol porque las mismas paredes generan sombras. Otras consideraciones a la hora de definir en qué parte del terreno ubicarla, es clave analizar la orientación del sol para que no esté todo el día cubierta por la sombra, el nivel que tiene el terreno respecto de la casa, para que queden a la misma altura y, en caso de que haya un lote con vista a un lago, pensar en un nivel más bajo para que el espejo de agua se confunda con el lago.
Pasaron de moda las piscinas elevadas en el terreno, habituales en las antiguas casas quinta. ¿La razón? Las lomas elevadas hacen que no se aproveche el espacio perimetral de la pileta para las reposeras. Además, la elevación «quita» vista.
El agua ha atraído al hombre desde tiempos inmemorables. Egipcios, romanos, todos la aprovechaban como forma de relajación, entretenimiento y cuidado, entre otras funciones. Así, la inclinación hacia el agua no es sólo para verla sino también para tocarla, sumergirse en ella, y hasta escucharla. «Cualquiera acercamiento de este tipo nos genera un estado de relajación y mejora nuestra calidad de vida. Nuestro trabajo como arquitectos al momento de diseñar una casa es justamente explotar todas esas capacidades y beneficios del agua y mejorar la vida de la vivienda y de sus habitantes», aclara Rey.
El método de construcción no ha variado a lo largo de los últimos 40 años, aunque sí lo hicieron las herramientas, los tiempos de obra, la eficiencia en la logística, y en la especialización de las tareas. En materia de diseño sí cambiaron mucho las piscinas del pasado a hoy. Y lo hicieron, fundamentalmente, en sus formas, texturas y materiales. «Influyeron tanto las tendencias hacia las líneas rectas y el estilo racionalista, como la aparición de nuevos materiales de terminación como venecitas, decks de hormigón, maderas o PVC, distintos tipos de mármoles y piedras, entre otros», asegura Juan Manuel Selvas, Director de Selvas Natatorios. En este punto, el especialista destaca las venecitas grises o blancas en caso de que la casa tenga mucho hormigón y un estilo moderno, Mientras que recomienda los colores azules o celestes para las viviendas más tradicionales. Los más jugados se animan a las venecitas negras con piso de mármol y hasta a sumar una especie de fogón con espejo de agua.
Para quienes las prefieren pintadas, los azules y celestes ya no son las únicas opciones para tonalizar las piscinas. Este año, las firmas especializadas en pinturas proponen renovarse y animarse a pintar con una muy amplia gama de tonos. Intensas y variadas tonalidades de verdes, ocres pasteles que recuerdan a hojas caídas o atardeceres serenos, amarillos enérgicos, todo el espectro cromático del rojo y del marrón, pasando por grises, azules y celestes, tonalidades más clásicas relacionadas directamente con el agua son solo algunas de las combinaciones posibles de la carta de Tersuave.
La tecnología que irrumpió en el diseño fue la iluminación LED, que realza el diseño de la piscina y el parque y permite hoy jugar con ambientaciones lumínicas inimaginables hace algunos años. Además la instalación de un sistema de climatización permite utilizarlas durante todo el año. La domótica es otra de las tendencias y permiten manejar desde el celular tanto la temperatura como el color del agua.
La orientación, los espacios de estar, las vistas y los materiales y texturas con los que se va a revestir son los aspectos que más se analizan al momento del diseño. Por eso, a la hora de construir una piscina, la tendencia es que arquitecto, paisajista y diseñador trabajen en forma conjunta de acuerdo a las necesidades y gustos del cliente. Los profesionales analizan previamente el proyecto de la casa para así proponer la piscina que mejor se adecúa al conjunto. Existe un diseño para cada casa, ya no se percibe más a la piscina como un genérico. Los desniveles son un recurso que generan movimiento.
Las tendencias
La integración de la piscina con la vivienda a través de decks -de madera u hormigón-, un diseño de líneas rectas –aunque no tradicional-, revestimientos color arena o blanco, playas húmedas cada vez más amplias, y bordes infinitos –sobre todo en los terrenos que dan a un espejo de agua-, son las consignas fuertes que cerraron el 2019 y se proyectan hacia 2020. El celeste tenue de la piscina que da paso al marrón del deck y el contraste del verde del lago aportan calidez. «Como la piscina dejó de ser un elemento aislado y meramente recreativo en verano para convertirse en un elemento de decoración muy fuerte, hoy la construcción de las piscinas junto a las galerías de las casas es una de las demandas que domina el mercado. Las vistas al agua desde el living, galería o family brindan un plus de ambientación y colaboran también con el relax de los habitantes. ¿Por qué alejar la piscina de la casa si podemos disfrutar de una vista al agua los 365 días del año?», dice Selvas. ¿La principal ventaja? Sin duda alguna, su efecto decorativo. Aunque, como posible desventaja, hay que prestar especial atención a los ruidos que puede generar esta ubicación, que le quita intimidad a la casa y evaluar la posibilidad de instalar pisos antideslizantes en la galería, para evitar accidentes.
Pero también, en sintonía con una conciencia cada vez más responsable por el cuidado del medio ambiente, hay una tendencia en ese sentido tanto en el mantenimiento del agua como en la tecnología que se utiliza para iluminarla. La idea es lograr el máximo aprovechamiento incorporando funcionalidades como la climatización, los jacuzzis, espacios de estar y realzando su presencia decorativa dentro de la casa (a través de luces, texturas y sonidos).
La nueva forma de disfrutar de la pileta como espacio para descansar y relajarse, dio paso a piscinas más pequeñas pero con todas las comodidades. Así, la empresa Indusplast lanzó un nuevo producto: Lagune. Se trata de una piscina compacta, fabricada íntegramente en fibra de vidrio, autoportante, customizable y que no requiere instalación. Se adapta a terrenos con poco espacio, incluso se puede usar en el interior del hogar, un balcón o una terraza. Se le puede incorporar hidromasajes, bomba de aire, luces y calefacción para climatizar el agua.
Respecto a los accesorios, las cascadas generan impacto visual y auditivo y encabezan sin lugar a dudas la lista de los más pedidos. Brindan un relax sensorial y crean un ambiente muy particular para parque. En segundo lugar se encuentran los jacuzzis incorporados a la piscina. Se los considera un lugar de estar que amplía el uso de la piscina. Lo mismo sucede con la playa húmeda, un espacio al que, en algunos casos, se suman muebles de hormigón.
En medidas, el tamaño clásico es de 8×4 metros, se ven variantes de 10×3,20, un poco más angostas y alargadas, que son cómodas para nadar a lo largo. La tendencia en este momento es que las piscinas no sean profundas ni varíen sus niveles: de 1,20 a 1,60 metros basta. En cuanto al diseño, los constructores coinciden en que hay una tendencia hacia el minimalismo con líneas rectas y formas rectangulares. Una opción es añadir una «playa húmeda de 10 a 20 centímetros de agua con solárium hecho con piso atérmico para que no tome temperatura» y agregar reposeras para tomar sol o utilizarlo como espacio de juego para los chicos. Sigue en boga el borde infinito y crece el «borde finlandés» en el que el agua desborda en todos los lados de la piscina». Los más osados se animan con maceteros dentro de las piletas.
Los presupuestos están en línea con lo que sucede en el resto del rubro de la construcción: los equipos son importados y los materiales como hierro y cemento se mueven al compás del dólar. Hoy construir una piscina completa con iluminación LED, playa húmeda, amplio solarium y equipos está en el orden de los US$12.000.
Cortesia : Arquitecta Jimena Barrionuevo