Hay algo bastante emocionante en imaginar cómo un espacio particular dentro de una forma construida existente puede dictar su uso y viceversa, cómo la función de un espacio determinado puede dar forma a la apariencia del espacio y las infinitas posibilidades que esto conlleva. Este proceso recíproco es un concepto que a menudo encontramos en las obras del dúo de arquitectura experimental Davidson Rafailidis, cuyos proyectos evidencian una comprensión exhaustiva de la forma existente que resulta en un conjunto cuidadoso y reflexivo de arquitectura dinámica.
Stephanie Davidson y Georg Rafailidis se conocieron en la Architectural Association en Londres, y han estado trabajando juntos desde 2015. Se conciben a sí mismos como académicos que estudian el espacio arquitectónico, en lugar de una práctica de arquitectura. Sus obras son estudios de caso construidos, con cada proyecto formando parte de un proceso de aprendizaje continuo. Provenientes de diferentes nacionalidades—Grecia, Alemania y Canadá—y habiendo estudiado en diferentes países mientras también enseñaban en América del Norte, han desarrollado una forma de hacer arquitectura que puede aplicarse de manera efectiva en diversos contextos.
Al observar el portafolio de Davidson Rafailidis, primero nos encontramos con un hilo común en todos los proyectos: un examen meticuloso del sitio, el contexto inmediato y el edificio existente. Este análisis exhaustivo permite intervenciones que reutilizan lo que se puede reutilizar, dejan intacto lo que puede permanecer y, lo más importante, introducen operaciones mínimas—como aberturas, objetos o elementos—colocados precisamente para mejorar el espacio existente para nuevos usos.
La restauración y el cuidado de edificios es una parte muy natural de cómo vemos y trabajamos con el entorno construido. Todo lo que cambiamos o agregamos a los edificios existentes debe hacerse para servir a la longevidad del edificio y no parecer superfluo o específico de uso.—Stephanie Davidson
Lo interesante de su trabajo también es su concepción del «Espacio para Algo», que es la idea de diseñar un espacio para todos los usuarios y usos desconocidos y futuros—diseñamos todo para todos. Este enfoque no solo se traduce en espacios flexibles, sino que también considera al edificio en sí como un colaborador en el proceso de diseño: no diseñar algo para ese espacio en particular, sino en colaboración con él, resultando en espacios polivalentes donde las funciones no están fijas y cambian con el tiempo.
A continuación se presenta una recopilación de las obras construidas de Davidson Rafailidis.