¿Cómo es posible abrir los espacios educativos al exterior y cuáles son las condiciones adecuadas para su desarrollo? ¿Qué estrategias bioclimáticas se pueden implementar para contribuir al confort ambiental y la preservación cultural de las comunidades? Al concebir espacios de aprendizaje al aire libre y diluir los límites entre interiores y exteriores, las dinámicas de las infraestructuras educativas proyectadas por la asociación Semillas sobre la selva peruana invitan a reflexionar sobre las oportunidades de encuentro, reunión y participación comunitaria entre estudiantes, familias y pobladores locales. Ligada a los usos y costumbres del sitio, esta concepción del espacio representa una forma de habitar donde la implementación de estrategias bioclimáticas junto a la utilización de materiales y técnicas constructivas locales se reúnen para crear una arquitectura en relación a su entorno y su propia historia.
Siendo una asociación sin fines de lucro con base en Lima, Pangoa (región Junín) y San Ignacio (región Cajamarca), Semillas fue fundada en 2014 por Marta Maccaglia. Buscando que los equipamientos educativos de calidad alcancen a todos los territorios, consideran a la educación como base para el desarrollo humano y comunitario conociendo el territorio y la sociedad para producir espacios coherentes a la ética y el espíritu del lugar. Tras haber participado en numerosos concursos, organizado múltiples talleres y encabezado diversos proyectos de investigación y planes maestros, entre otras acciones, su práctica ve a la arquitectura como una expresión cultural y un medio para mejorar la calidad de vida de las personas dándole gran valor a la participación comunitaria.
Se trata de una arquitectura pensada y construida localmente con atención sobre los recursos locales, el confort ambiental y la revalorización del uso público donde la multiplicidad de usos se hace presente y convive con el intercambio de saberes de las comunidades. Como declara Marta Maccaglia en una entrevista con Paula Pintos de ArchDaily, “para poder trabajar y ofrecer una arquitectura coherente a cada lugar tenemos que conocer profundamente su gente, su cultura y su territorio”.
A continuación, conoce una selección de 5 obras construidas por Semillas junto a sus esquemas de estrategias bioclimáticas en corte.
Escuela primaria y secundaria, El Huabo / Semillas
Ubicado en la selva del norte de Perú, el proyecto reconstruye una escuela primaria y secundaria con más de 150 estudiantes de la zona rural de la provincia de San Ignacio. Las aulas propuestas plantean una conexión con los espacios exteriores a partir de mamparas, mientras que los pasillos con bancas y muros expositivos también fomentan su uso estimulando el encuentro. El espacio multiuso cuenta con puertas abribles que conectan el interior con los jardines pedagógicos. Actuando como un sistema de bloques entre jardines, el proyecto incorpora una finca educativa en el exterior. Cabe destacar que el proceso de diseño y de construcción se realizó promoviendo la participación comunitaria y estudiantil.
Laboratorio Tecnología y Ambiente, Mencoriari / Semillas
Teniendo lugar en la comunidad nativa de Mencoriari sobre la selva central de Perú, este proyecto busca crear un espacio educativo complementario a las aulas tradicionales a través de un aula taller concebida como espacio de rescate de los saberes milenarios sobre las plantas y el bosque. Al vincular el espacio arquitectónico con el espacio pedagógico, se pretende promover espacios adaptados al sitio para fomentar una enseñanza orientada a la revalorización de la riqueza ambiental y cultural de la selva como así también a generar accesibilidad a las ofertas laborales locales. La propuesta presenta un espacio educativo para el secado de plantas y raíces medicinales junto a un “aula abierta” para investigar y estudiar temas de medicina natural, agricultura y forestales. Al tratarse de un lugar de secado y vivencia, el espacio puede abrirse para permitir la ventilación, disminuyendo la temperatura interior y conectándose con el exterior. El proceso de ideación, diseño y construcción se desarrolló a través de talleres participativos entre alumnos y sus familias.
Escuela inicial Alto Anapati / Semillas
Emplazada en una comunidad nativa Nomatsigenga en la selva central de Perú, la escuela inicial de Alto Anapati se genera desde un enfoque etnográfico y talleres participativos. Con “talleres de observación” para conocer las dinámicas de enseñanza en la comunidad y mesas de trabajo con las familias para reflexionar sobre el buen vivir de los pueblos originarios, se entiende a la escuela como el corazón de la comunidad, el alma de preservación de los saberes y del territorio Nomatsigenga. De hecho, su diseño plantea estos aprendizajes en el espacio. La sala de usos múltiples resulta un aula sin muros conectada al “aula bosque”, un espacio pensado como aula al aire libre. Además, las aulas se abren con amplias mamparas corredizas al exterior. Todos los cerramientos se piensan como limites que se disuelven y conectan el interior con el exterior.
Nuevo local comunal para la Comunidad nativa de Otica / Semillas
Sobre los bordes del Rio Tambo en la selva central del Perú, se localiza la comunidad nativa de Otica. A través de talleres participativos, el proyecto desarrolla su arquitectura, de carácter local, tomando los aportes comunitarios. Siendo un punto catalizador de encuentro y uso polivalente, el edificio se eleva del suelo para protegerse de las inundaciones funcionando como gradería hacia el exterior e interior. Una gran cubierta protege del sol y de la lluvia garantizando confort ambiental, con ventilación constante e iluminación natural. Inspirándose en su entorno, la propuesta se concibe como una gran plaza cubierta de múltiples usos como reuniones, fiestas y talleres.
Escuela en Chuquibambilla / Marta Maccaglia + Paulo Vale Afonso + Bosch Arquitectos
La comunidad nativa de Chuquibambilla se ubica en la selva alta peruana. Más allá de ser un lugar de enseñanza en horarios escolares, la escuela busca ser un lugar de desarrollo e intercambio para toda la comunidad. Con un amplio programa exterior, el proyecto cuenta con patios cubiertos y al aire libre de diversas escalas donde espacios para diferentes actividades permiten conectar a los alumnos con la naturaleza y sus tradiciones: clases al aire libre, talleres de arte, de arcilla, artesanía, agronomía, crianza de animales, cultivos, etc. Los espacios están unidos por un recorrido sombreado como espacio de encuentro y uso en extensión del programa. Se trata de un edificio donde los límites entre interior y exterior se desvanecen para crear espacio público conectado a su entorno.
