Durante el Congreso Internacional “El rol de lo público en la arquitectura”, realizado los días 4 y 5 de noviembre por la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Lima, se abordaron temas cruciales relacionados con el rol fundamental de los espacios públicos para el desarrollo saludable de las sociedades. Este evento, en el marco de la Cátedra UNESCO en Ciudad, Paisaje y Patrimonio, también presentó propuestas para repensar las soluciones urbanas en el contexto latinoamericano, un territorio caracterizado por realidades tan desconcertantes como estimulantes.
En su discurso inaugural, Enrique Bonilla Di Tolla, decano de la Facultad, destacó el caso de Lima, una ciudad caótica, donde muchos espacios públicos han sido abandonados o privatizados, y se han convertido en zonas de nadie o, en el peor de los casos, en áreas cerradas o de acceso restringido. Este fenómeno, según explicó Bonilla, refleja una grave distorsión de lo que debería ser un espacio inclusivo y accesible para todos. En ese sentido, señaló que los parques cerrados o que cobran entradas representan el «ejemplo más dramático del desentendimiento» del valor social del espacio público. Además, mencionó que, en esta distorsión, los centros comerciales han terminado funcionando como refugios colectivos, por lo que destacó la urgencia de devolverle al espacio público su carácter inclusivo. “El espacio público debe ser el más público de los espacios”, sentenció.
El congreso contó con dos charlas magistrales de arquitectos prestigiosos, cuyas intervenciones coincidieron con las preocupaciones de Bonilla. El arquitecto danés Jan Gehl, defendió la idea de las “ciudades para las personas” y lamentó que en muchas ocasiones las ciudades no sean concebidas desde esta perspectiva. También hizo un llamado a repensar el rol de los vehículos en las ciudades, debido a que la permisividad con la invasión de los automóviles es una de las principales causas de la pérdida de vida y esencia social de los espacios urbanos.
Por su parte, la mexicana Tatiana Bilbao subrayó la importancia de las ciudades como un espacio de encuentro humano. Según Bilbao, las ciudades son esenciales porque “los seres humanos necesitamos al otro para existir”. Agregó que esta idea está alineada con la concepción de una “ciudad de cuidado”, cuya concepción es distinta a la de una ciudad de producción y consumo.
En defensa de la calidad de vida
La arquitecta colombiana María Elvira Madriñán, presidenta de la Fundación Rogelio Salmona, recordó el legado de este impulsor, quien fue pionero en la promoción de los espacios abiertos como lugares para el encuentro y la convivencia ciudadana. Por su parte, el arquitecto chileno Osvaldo Moreno presentó el Parque Urbano Isla Cautín, un proyecto que busca integrar armoniosamente el entorno natural con el espacio público, para promover la participación ciudadana.
Desde Italia, la arquitecta Marta Maccaglia expuso sus innovadoras experiencias en la selva peruana, donde ha trabajado en colaboración con las comunidades locales para crear arquitecturas que respeten y valoren los saberes ancestrales, así como en la implementación de procesos pedagógicos potenciados por una infraestructura acogedora y motivadora.
En representación de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Lima, varios docentes también presentaron sus ideas y proyectos. El arquitecto Enrique Santillán detalló el proyecto del Circuito Longitudinal Norte-Sur, desarrollado por el estudio Esarquitectura. Este proyecto propone la regeneración de los espacios públicos en las inmediaciones del megapuerto de Chancay para convertir esta área en una zona inclusiva, sostenible, ordenada y segura.
El congreso reunió estas valiosas perspectivas y dejó un mensaje claro: la urgencia de repensar y revitalizar los espacios públicos, especialmente en las ciudades latinoamericanas, para que continúen siendo auténticos lugares de encuentro, inclusión y bienestar social.