A medida que nos acercamos a su centenario, el poliestireno expandido (EPS) se ha utilizado ampliamente en diversas industrias y aplicaciones, especialmente en la construcción. Desde 1970, el EPS se ha empleado en la construcción de edificios debido a sus propiedades de aislamiento térmico, estructura liviana de celdas cerradas, resistencia duradera e integridad a largo plazo. Sin embargo, si bien estas cualidades lo hacen muy útil y fácil de reciclar, también han generado debate debido a las recurrentes discusiones sobre sus procesos de degradación e impacto ambiental desde diversas perspectivas.
Mientras el debate continúa, han surgido muchas mejoras y enfoques alternativos en torno a este material, destacando que lograr una construcción sostenible implica utilizar el material adecuado para el trabajo correcto desde el principio. Así, con el tiempo, las innovaciones han aportado nuevas opciones para el reciclaje y el uso de EPS más allá de las aplicaciones de construcción tradicionales, como bloques de relleno o paneles divisorios. Esto demuestra que más que estigmatizarlo como un material problemático o “simple”, es fundamental considerar sus cualidades a través del diseño, la tecnología y el desarrollo de métodos para una gestión responsable y sostenible.
En el pasado, hemos visto propuestas para usos alternativos del EPS, como el uso de larvas que digieren el material y cuyas secreciones nutren un nuevo ecosistema. Otras alternativas incluyen la producción de nuevos productos, como revestimientos y pinturas. Sin embargo, para comprender el panorama actual del poliestireno expandido, es necesario explorar las innovaciones contemporáneas junto con los avances y visiones que han surgido recientemente.
Varios proyectos e iniciativas son pioneros en la aplicación de este material con enfoques de diseño innovadores y mejoras en la producción, que van desde intervenciones temporales hasta el uso de tecnología para mejorar sus características. Estos avances ponen de relieve una clara evolución desde su invención en 1929.
Espacio cultural Ladder Street: un estudio de caso sobre el uso de EPS para intervenciones temporales
Ubicado en el corazón de uno de los distritos más antiguos de Hong Kong, el Espacio Cultural Ladder Street forma parte de una serie de prototipos que pretenden promover actividades sociales alternativas a través de una intervención temporal. En contraste con los bordes regulares y distintivos del sitio, el proyecto adopta una geometría definida por una serie de círculos. Según el equipo de diseño, este enfoque crea una sensación de movimiento y fluidez, haciendo que la experiencia espacial sea más dinámica y atractiva. Al facilitar transiciones suaves entre diferentes áreas del espacio, el proyecto genera un diseño flexible que fomenta la exploración de los visitantes. El programa, que incluye tres funciones clave: una biblioteca comunitaria, un espacio de exposición y una zona para sentarse, tiene como objetivo fomentar una variedad de usos y oportunidades sociales.
Concebido como un prototipo conceptual 1:1, el proyecto se realizó utilizando paneles de EPS. Estos paneles se moldearon con precisión utilizando un brazo robótico equipado con un cable caliente espacial, lo que garantiza la precisión en la traducción de la compleja geometría del proyecto y mantiene la coherencia durante todo el proceso de fabricación. Diseñados para incorporar una secuencia continua de agujeros y retrocesos, los paneles brindan espacios para albergar más de 200 libros donados por la biblioteca de la Universidad China de Hong Kong.
Una vez finalizado el período de instalación, todos los materiales utilizados se reciclarán por completo. En concreto, los paneles de EPS se reciclarán en el «Missing Link – Poly Foam Recycling Center» en Tsuen Wan, Hong Kong. En este sentido, y según la Federación Británica del Plástico, el equipo de diseño destaca que el EPS puede ser un material de bajo impacto. Por ello, es importante considerar que los procesos y la adecuada gestión de residuos son claves para su reciclabilidad.
Nuevas variantes: poliestireno biodegradable, ignífugo y gris
Si bien el EPS tradicional sobresale en aislamiento térmico y acústico para sistemas de aislamiento continuo, los esfuerzos en curso han explorado formas de mejorar su impacto ambiental y sus propiedades y además, abordar desafíos. Por ejemplo, se han desarrollado nuevas variantes como el poliestireno biodegradable derivado de residuos agroindustriales y micelio de hongos. Propuestas como estas enfatizan la posibilidad de desarrollar procesos circulares en torno a productos que, bajo otras visiones, son desechados, ofreciendo una alternativa a los procesos de reciclaje.
Paralelamente han surgido otras variantes, como el poliestireno gris (GPS), con partículas de grafito que mejoran notablemente su capacidad aislante respecto al EPS blanco del mismo espesor. Además, según la Pirámide de Materiales de Construcción, y teniendo en cuenta factores como la extracción de materia prima, el transporte y la fabricación, el GPS tiene un menor impacto ambiental (46,8 kg CO2eq/m³) que otros materiales como el ladrillo de barro cocido (91,8 kg CO2eq/m³) o fibras minerales como la fibra de piedra (68,7 kg CO2eq/m³).
Mientras tanto, se han desarrollado mejoras para el poliestireno expandido en condiciones adversas como incendios, potenciando sus características a través de aditivos ignífugos que aumentan su resistencia al fuego en aplicaciones de construcción. Esto permite que el aislamiento de espuma EPS cumpla con los requisitos de seguridad donde prevalece la construcción con madera, ofreciendo una mayor protección a los edificios y a sus ocupantes. Cuando se expone a altas temperaturas, el EPS ignífugo no se quema sino que se derrite.
Todas estas propuestas e investigaciones demuestran que el uso y eliminación del EPS se extienden más allá de aplicaciones singulares o meros residuos. Transformar el poliestireno expandido en diseños arquitectónicos innovadores y productos de alto rendimiento destaca un camino prometedor para integrarlo en un ciclo de vida más responsable.
Estas acciones subrayan la importancia de centrarse en los desafíos ambientales del EPS, pero también en su potencial como recurso versátil cuando se gestiona adecuadamente. En última instancia, el futuro del poliestireno expandido dependerá de nuestra capacidad para desarrollar más tecnologías y prácticas que promuevan el reciclaje y la reutilización, minimizando su impacto ambiental y maximizando sus beneficios en diversos sectores.