Un segundo comienzo para una casa con alma. Una historia tejida a mano, desde la memoria hacia el presente.
Eterna nace del deseo profundo de conservar lo que importa: la historia contenida en los muros, el arraigo de una familia, la belleza silenciosa de lo construido con tiempo. Este proyecto no parte de cero; parte de una casa que ya había vivido, que había sido testigo de generaciones, y que ahora recibe una segunda oportunidad para seguir siendo hogar.
Intervenir esta casa fue un ejercicio de sensibilidad, no solo arquitectónica, sino emocional. No se trataba de demoler y rehacer, sino de escuchar lo que la estructura tenía que decir. De comprender sus sombras, su orientación, sus materiales originales, y desde ahí, proponer un nuevo modo de habitar que la respetara.
Se rescató un 40% de la construcción original. Lo demás se integró de forma artesanal, cuidando cada detalle como si se tejiera una prenda única. El uso del chukum, la rajuela en muros, el petatillo tejido a mano, y la madera de encino americano trabajada por manos expertas, no son solo decisiones estéticas: son una forma de honrar los oficios, la tierra y la memoria constructiva de la región.
Eterna no busca parecer nueva. Busca ser fiel a sí misma, a su tiempo y a su legado. Por eso, la luz natural se abre camino a través de un jardín central que respira vida. Un árbol de flor de mayo –
presente en todos los niveles de la casa– se convierte en símbolo de continuidad, memoria y arraigo.
Cada espacio fue pensado para una nueva manera de vivir, sin renunciar a su origen. La cocina, diseñada especialmente para el chef de la casa, no solo es funcional, sino ceremonial: un espacio para compartir, para crear y para habitar desde el disfrute. Las celosías, hechas con adocreto local, filtran el sol y el tiempo con una belleza discreta, útil y simbólica.
Eterna es eso: una casa que no se borra, que se transforma. Una obra con historia, habitada de nuevo con amor, cuidado y oficio. Un proyecto donde la arquitectura y la artesanía se encuentran para escribir, juntos, un nuevo capítulo.
