Es casi imposible hablar de Madrid, capital española que, además de su evidente atractivo turístico y su liderazgo como la ciudad más visitada del país —seguida por Barcelona—, es inseparable de su larga historia y de su evolución hasta la actualidad. En 2024, Madrid recibió más de 11,2 millones de visitantes, lo que constituye aproximadamente el 11,9% del total de turistas que llegaron a España ese año. Gran parte de la identidad de la ciudad, la singularidad de cada uno de sus barrios y las nuevas zonas desarrolladas a lo largo de los años están profundamente vinculadas a un crecimiento que, aunque planificado y modernizado en muchos aspectos, ha sabido preservar el carácter diverso que define su esencia urbana.
Madrid se establece oficialmente como capital cuando el rey Felipe II trasladó la Corte a la ciudad en 1561, aunque hay evidencia histórica de que los primeros asentamientos datan alrededor del año 865, a orillas del río Manzanares, cuando el emir Muhammad I construyó una fortaleza en el lugar donde ahora se emplaza el Palacio Real. A lo largo de los siglos, distintos monarcas, cambios de mandos y ocupaciones de la villa (como se conocía en ese momento a la ciudad de Madrid) comenzaron a moldear la ciudad, que luego, debido a su centralidad geográfica, fue elegida para convertirse en la capital de un gran imperio, iniciando una transformación que continúa hasta hoy.
Este proceso histórico dio lugar a la densa trama urbana en los puntos céntricos de la ciudad y a sus edificios gubernamentales e institucionales. Estos, además de ser hitos turísticos por su relevancia en la historia política y social de España, constituyen una parte fundamental del patrimonio arquitectónico de la ciudad. El desafío actual, estrechamente ligado a su relación con la historia, radica en generar un crecimiento y una adaptación a una ciudad cada vez más poblada y visitada, respetando su pasado y permitiendo responder a las crecientes demandas de la contemporaneidad.
El icónico recorrido por la Gran Vía y el eje que conecta con la Puerta del Sol, caracterizado por sus edificios de estilo clásico, da paso a los barrios más visitados y con una alta concentración de usos comerciales, gastronómicos y de entretenimiento, que refuerzan la fama de Madrid como una ciudad vibrante y diversa. Destacan especialmente zonas como Malasaña, Chueca y La Latina, donde abundan proyectos de renovación y rehabilitación, de diversas escalas, como bares, cafés y tiendas, que sobresalen por su calidad espacial. Estos espacios ponen de manifiesto la importancia del diseño de interiores, la iluminación, el mobiliario y los detalles decorativos, elementos fundamentales para enriquecer la experiencia del usuario en la ciudad. Hacia el sur, el reconocido Parque del Retiro, gran pulmón verde de la ciudad, y la Estación de Atocha actúan como puntos clave que conectan el centro histórico con el resto de los barrios de la capital.
La Plaza Mayor, el Palacio Real, el Palacio de Cibeles y el Museo del Prado son algunos de los puntos emblemáticos que reflejan la rica historia de Madrid, mientras responden a las demandas contemporáneas, como la necesidad de viviendas, espacios públicos y una red de transporte eficiente. En términos arquitectónicos, este equilibrio se logra mediante la puesta en valor, renovación y adaptación de edificios históricos para diversos usos, desde residenciales y comerciales hasta otros fines funcionales. Un claro ejemplo es el Museo Reina Sofía, que ocupa un edificio neoclásico originalmente concebido como hospital. Declarado monumento histórico-artístico en 1977, el Centro de Arte Reina Sofía se inauguró en 1986. Su última y más emblemática ampliación, concluida en 2005, fue diseñada por el arquitecto francés Jean Nouvel, quien incorporó una intervención contemporánea que dialoga en perfecta armonía con el edificio original.
Además de conservar las estructuras y edificios históricos que marcan la identidad de la ciudad, el Madrid del movimiento moderno ha incorporado también importantes obras de arquitectura como Las Torres Blancas, del arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oiza, edificio residencial ícono de la arquitectura brutalista madrileña, y obras más contemporáneas como el Centro Cultural Caixa Forum, de los reconocidos arquitectos suizos Herzog & de Meuron.
Madrid es también una ciudad que avanza hacia la sostenibilidad y la regeneración urbana con proyectos emblemáticos como Madrid Río. Este ambicioso plan, desarrollado por los estudios Burgos & Garrido Arquitectos, Porras & La Casta, y Rubio & Álvarez-Sala, en colaboración con los paisajistas holandeses West 8, transformó el recorrido de la autopista M30, ahora soterrada, en un extenso espacio público. Este conecta zonas verdes, áreas de ocio, espacios deportivos y áreas de juegos, convirtiéndose en un pulmón vital en el corazón de la densa trama urbana.
En el futuro próximo, iniciativas como Madrid Nuevo Norte prometen integrar la estación de Chamartín y las instalaciones ferroviarias del norte de la capital con el resto de la ciudad mediante infraestructura, zonas verdes y nuevas áreas residenciales, destinando casi el 80% de la ocupación del suelo a usos públicos. Por otro lado, el Paseo Verde del Suroeste plantea la cubrición de la autopista A-5 y su conexión con la M-30, lo que dará lugar a una nueva superficie verde, reducirá el tráfico y las emisiones contaminantes, y mejorará la seguridad peatonal. Estas intervenciones urbanísticas demuestran un firme compromiso con la sostenibilidad, priorizando la movilidad sostenible y la creación de espacios residenciales y públicos de alta calidad ambiental para los ciudadanos.
En la actualidad, Madrid es una ciudad en constante movimiento y evolución. Los pronósticos de visitantes para el futuro apuntan a un crecimiento sostenido, lo que plantea el desafío de equilibrar el dinamismo de una urbe global con la preservación de la calidad de vida para sus habitantes. Este reto abarca tanto el ámbito ambiental como el residencial, además de la creación de nuevas oportunidades que permitan un desarrollo sostenible. Madrid sigue demostrando que es posible combinar su rica historia, una identidad urbana vibrante y una planificación innovadora para ofrecer un crecimiento que beneficie a ciudadanos y visitantes por igual.