La forma en que percibimos el espacio es una dimensión crucial en la arquitectura y el diseño interior, influyendo profundamente en cómo interactuamos con nuestro entorno. En consecuencia, la percepción espacial está determinada por aspectos como la organización de los muebles, la iluminación, el uso del color y los materiales seleccionados. Este último componente adquiere una relevancia particular, al considerar que un mismo material puede ser empleado de múltiples maneras y, como resultado, propiciar atmósferas con un carácter propio.
Un ejemplo del potencial de las variaciones en el uso de la materialidad son los revestimientos ripados. Se trata de superficies de MDF fresadas con un patrón lineal para ambientar muros y cielos interiores, aplicables en una variedad de superficies, siempre en zonas no expuestas a la humedad. El sistema destaca por su capacidad para acentuar el espacio a través de distintas configuraciones que, dependiendo de su disposición y tipo de ripado, pueden modificar la experiencia espacial, resaltando, dirigiendo, envolviendo y logrando un equilibrio visual en viviendas, oficinas, espacios comerciales, entre otros.
Para aprovechar al máximo el potencial técnico, estético y espacial de los revestimientos ripados Masisa®, es fundamental conocer sus cualidades. Por ello, hemos elaborado esta guía con 3 consejos esenciales para su uso en muros interiores.
Reconocer las características y tonalidades de los revestimientos
Una de las características destacadas de este material es que es un producto terminado, que no requiere de selladores o barnices. Además, está disponible en dos variaciones: ripado y micro ripado, cuyo sistema de encaje lateral facilita su instalación en la superficie deseada. Estos revestimientos ofrecen una buena rigidez, lo que permite montar elementos decorativos como cuadros, espejos y otros objetos.
Entre las tonalidades disponibles se encuentran las amaderadas, como Bosco y Carvalo, en un formato de 218 mm x 2480 mm, tanto en la variante ripada como en la micro ripada. También existen revestimientos ripados pintados en colores sólidos, como blanco, verde glaciar, pacífico y gris grafito, disponibles solo como revestimiento ripado en un formato de 160 mm x 2440 mm. En cuanto a los sistemas de unión, para los revestimientos de madera se utiliza el sistema de unión tinglado, mientras que para los tableros pintados se emplea el machihembrado.
Identificar la atmósfera que se busca generar
Dependiendo de cómo se instale el revestimiento, el efecto en el espacio puede cambiar significativamente. En este sentido, destacan cuatro configuraciones alternativas de colocación: disposición frontal, lateral, seccionada o contigua, que tienen el potencial de transformar por completo la percepción del interior. Estos esquemas se explican a través de los siguientes puntos, que sirven como guía para su aplicación.
Contención acentuada
Puede acentuar la sensación de contención al ubicar el ripado en la pared que delimita un espacio. Genera un ambiente acogedor y resalta el contraste con colores más claros en las paredes laterales, creando una atmósfera íntima y cálida. Ideal para salas de estar, comedores, y zonas de estudio.
Centro funcional
Al instalar el ripado en una pared lateral es posible captar la atención hacia una zona focal. Este espacio puede ser utilizado para colocar elementos específicos como: una televisión, un espejo, un perchero o incluso un escritorio, creando así un área funcional y estéticamente atractiva.
Contorno continuo
Es posible envolver el espacio al revestir dos paredes contiguas con ripado. Esta disposición genera un ambiente acogedor, el cual se puede potenciar por tonos oscuros que absorben la luz natural. Es ideal para salas de estar, auditorios, salas de espera y habitaciones.
Equilibrio visual
Al colocar el ripado a media altura es factible un equilibrio visual en los muros, enfatizando la escala del mobiliario. Este diseño delimita áreas de uso, como el respaldo de una cama o un espacio con un sillón, creando contrastes con elementos decorativos.
Instalar según el tipo de superficie
Para asegurar una correcta colocación de los revestimientos ripados, debe considerarse el material sobre el que se van a situar. Es posible instalarlos sobre tabiquería de madera, muro de hormigón o albañilería. En general, para corregir posibles aplomes en muros y generar aislación, se recomienda recubrir muro con listones de MDF o madera cada 40 cm. También puede utilizarse panel OLB, yeso, cartón u otra superficie. No se recomienda instalar directamente sobre muros con irregularidades o que liberan humedad.
Posteriormente, se fija directamente la palmeta con adhesivo de montaje de alta elasticidad. Se puede reforzar la fijación con tornillos de cabeza plana o puntas en cantería y pestaña de machimbre. En caso de colocarse sobre tabiquería de madera, es necesario tomar en cuenta una dilatación perimetral de 5 mm a 10 mm por costado.
Debido al potencial contacto con líquidos, no es recomendable instalar directamente sobre el piso, por lo que se debe considerar una separación no menor a 10 mm. Las tablas deben colocarse a mano, utilizando un martillo de caucho o un listón de madera, asegurándose de no golpear la pestaña de tinglado directamente con el martillo.
Tomando en cuenta estos consejos, los revestimientos ripados son una solución rápida, fácil y limpia para ambientar espacios interiores. Además, considerando que es un producto terminado que no requiere tratamientos posteriores, se vuelven ideales para proyectos con tiempos de ejecución cortos. Tanto para arquitectos como diseñadores, son una opción potente que proporciona estéticas distintas a través de un mismo sistema, mostrando texturas y tonalidades para diversas materialidades.