Esta disciplina es la responsable de crear ciudades cada vez más habitables, amigables y sensibles.
El urbanismo es imprescindible para cualquier ciudad o centro poblacional. Esta disciplina fue aplicada empíricamente en el desarrollo de las ciudades, desde las antiguas, pasando por las medievales, hasta arribar a la época moderna, cuando, junto con la arquitectura, se revolucionó el pensamiento del diseño y se profesionalizó el término “urbanismo”.
A pesar de que es una disciplina relativamente joven, en la actualidad, ninguna ciudad puede evolucionar sin la mano amiga del diseño urbano. Por tal motivo, esto es todo lo que debes saber sobre el urbanismo en México y el mundo.
¿Qué es y cuál es el objetivo del urbanismo?
El urbanismo se define como el estudio de las ciudades, tanto históricamente como su función contemporánea, para planificarlas de acuerdo al bienestar general de sus individuos. Durante muchos siglos, se tuvo la errónea idea de que el urbanismo únicamente implicaba el desarrollo de infraestructura —llámese redes de saneamiento, vialidades, entre otras— y arquitectura, sin embargo, en realidad también se apoya de disciplinas sociales y políticas, pues las ciudades deben entenderse como un sistema vivo y cambiante, no en término biológicos, sino en su mutabilidad y resiliencia de acuerdo a las personas y sus desarrollos colectivos.
Para el urbanismo, su objetivo es hacer habitable a la ciudad o cualquier poblado cuya densidad requiera una organización. Naturalmente, estos centros ya poseen un grado de habitabilidad, pero el urbanismo busca mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Jacques de Lanversin declaró que el urbanismo es “la organización del espacio nacional en función a la población”, pues son los ciudadanos quienes rigen las necesidades que deben atenderse mediante el diseño urbano. Finalmente hay que recordar que cualquier distrito que posea una alta población, arquitectura, centros económicos y de comercio, espacios de recreación y cultura, e interacción social es considerado un objeto de estudio del urbanismo.
¿Qué estudia el urbanismo?
El urbanismo estudia a la ciudad como unidad; para poder desarrollar planes generales, de desarrollo y de ordenamiento territorial, primero debe entenderse cómo funcionan los centros urbanos desde su concepción. Este análisis ayuda a comprender a fondo las dinámicas sociales, comerciales, políticas, militares, e incluso, arquitectónicas, y cuál ha sido su evolución hasta la ciudad contemporánea. Por ejemplo, las ciudades nacen por la necesidad del hombre de establecerse en un sitio y formar vínculos sociales como una comunidad.
En este sentido, las ciudades antiguas priorizaron la defensa de las mismas contra la amenaza de conquistas extranjeras y, en consecuencia, centralizó sus edificios vitales. Dicha tendencia se extendió por la Edad Media, y en este caso, se vivió el fenómeno intra-urbano, pues se erigieron límites reales y físicos, a través de las murallas, para protegerse. Para la ciudad del renacimiento, la preocupación de la conquista territorial disminuyó y, en cambio, se iniciaron los trabajos de embellecimiento y ampliación de los centros urbanos, creando las famosas calzadas, construyendo infraestructura de saneamiento, alcantarillado, espacios públicos, ampliación de las banquetas, creación de plazas y parques, etcétera. Sin embargo, para la ciudad moderna, la densidad de la población fue tal, que surgió el concepto de zona metropolitana, que son aquellos barrios alejados de los centros económicos, políticos y sociales de la ciudad, debido a la alta demanda habitacional.
Estos estudios permitieron la redacción y ejecución de grandes planes de desarrollo urbano, por ejemplo, el Plan Cerdá, en Barcelona, y la Carta de Atenas, de Le Corbusier. El primero de ellos fue una planeación de expansión de la ciudad española, en 1860. Consistió en reticular la traza urbana de forma que todas las manzanas poseyeran el mismo número de metros cuadrados y las mismas condiciones, es decir, los edificios estarían construidos con un núcleo central destinado para la vida social, las banquetas tendrían 20 metros de ancho, a cada determinada distancia equitativa estarían los servicios, los áreas verdes, y se priorizaría la movilidad pública. El segundo, de la mano del arquitecto modernista por excelencia, priorizó la vivienda en la expansión de las ciudades, además, fue pionero en la arquitectura multifamiliar en complejos de varios niveles, aumentando la densidad de cada construcción.
Características y tipos de urbanismo
El urbanismo se divide de acuerdo a sus usos, es decir, existen: el urbanismo habitacional, que ayuda a diseñar las condiciones adecuadas del desarrollo de las viviendas, sus densidades y objetivos; el urbanismo de servicios, que está destinado a todo equipamiento complementario para los ciudadanos, desde hospitales, edificios de gobierno, tiendas de autoservicios, centros culturales o de recreación, áreas de concentración económica, entre otros; el urbanismo industrial, que se concentra en la ubicación seguro de centros de producción o de riesgo y vulnerabilidad para la población; urbanismo tácito, que es una corriente relativamente nueva y busca priorizar al peatón y la vivencia colectiva a través de espacios públicos e intervenciones barriales, y el urbanismo ecológico, que quiere reinsertar las áreas verdes que las ciudades han suprimido o desplazado.
Dentro de sus características, en general realiza modelos objetivo o categoriza otros, como las ciudades jardín, lineales y dormitorio. Las ciudades jardín fueron un modelo concebido por Ebenezer Howard, en 1895, quien veía a la ciudad como un módulo capaz de ser replicado y articulado con la naturaleza; según su tratado, cada nuevo núcleo estaría circundado por una barrera vegetal. En cuanto a la ciudad lineal, propuesta por Arturo Soria y Mata, en 1882, establecía a la ciudad como un agente expansivo de acuerdo a una vialidad, y su desarrollo estaba condicionada a la misma. Finalmente, la ciudad dormitorio, es un modelo denominado después de su estudio en casos reales en Europa y, de hecho, la Ciudad de México es un modelo dormitorio; este esquema aglomera a las viviendas en una región de la ciudad y a los centros de trabajo, económicos, gubernamentales, culturales, fuera de ella, por lo que la existen grandes distancias en las casas y el resto de actividades sociales.
¿Qué significa el urbanismo en México?
México es un país cuya urbanización fue paulatina hasta el siglo XX, cuando su desarrollo incrementó exponencialmente, algunas zonas bajo una regulación urbanística y otras de manera vernácula. En la Ciudad de México, por ejemplo, los planes de desarrollo territorial y urbano tuvieron un significado modernista, y se apegaron a la Carta de Atenas, por lo que la vivienda fue el eje rector.
De esta manera, los urbanistas y arquitectos trabajaron para ubicar sitios potenciales para la construcción de conjuntos habitacionales, como el Centro Urbano Presidente Alemán, la Unidad Habitacional Santa Fé, el Conjunto Urbano de Nonoalco-Tlatelolco o la Unidad Habitacional Villa Olímpica. Sin embargo, para finales del siglo XX, tales esfuerzos por construir de acuerdo al plan urbano fueron rebasados, y los ciudadanos encontraron la forma de ubicar su vivienda por sus propios medios, habitando, así, la Zona Metropolitana. La cultura y educación fue otro punto angular para los planes de desarrollo mexicanos, y bajo esa mirada, nacieron las famosas Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto Politécnico Nacional y la Universidad Autónoma de México. También se consideró un plan de movilidad a través de la construcción del Metro de la CDMX, el cual, debido al crecimiento de la mancha urbana, rápidamente quedó rebasado en el territorio. Por otro lado, otros estados han desarrollado planes urbanos que les permiten mejorar sus ciudades, como lo hizo el norte del país con el llamado “Urbanismo Molecular”, un proyecto realizado de la mano de Torolab. Este estudio ha concluido varios ejercicios urbanos, como “Un grado Celsius”, que creó una infraestructura de jardines botánicos en Culiacán para ayudar a contrarrestar el calor del lugar y el déficit de áreas verdes. También potenció aspectos sociales y de seguridad, pues una pequeña acción en pro de la comunidad detona mayor relaciones dentro de un núcleo barrial.
Relación entre urbanismo y arquitectura
Aunque son dos ramas diferentes, en realidad el urbanismo vivió dentro de la arquitectura durante muchos años. Esta dupla está íntimamente unida, pues al final del día, ambas crean ciudades. Para la arquitectura, el urbanismo es su rector, es decir, representa la capacidad de normar las diferentes construcciones arquitectónicas, sus alcances y sus posibilidades.
En México, dicha regulación recae en los usos de suelo, que es esa categoría que especifica qué si o qué no se puede construir en determinadas zonas. Por ejemplo, fábricas o centros de producción no pueden estar construidas cerca de las zonas habitacionales, pues existe un riesgo sustancial para la población. Además, determina la densidad posible de cada construcción, en otras palabras, establece cuántos niveles son posibles construir, de acuerdo a la imagen urbana del sitio, su capacidad poblacional y de terreno; otra regulación del urbanismo en la arquitectura son los metros cuadrados de área libre necesarios para cada edificio, la cual deberá estar destinada a la filtración pluvial al subsuelo, y la cantidad de área verde necesaria por nada habitante. En conclusión, la arquitectura es el medio para crear mejores ciudades, de acuerdo a los modelos diseñados por el urbanismo.
¿Dónde estudiar urbanismo?
Ahora que las ciudades exigen un mejor diseño y mejoramiento, el urbanismo ha tomado más relevancia alrededor del mundo. México es uno de los países que ha visto el potencial de esta rama, por eso, varias universidades han abierto una carrera y, así, formar a grandes urbanistas.
La primera de dichas escuelas es la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que diseñó la carrera a 10 semestres y puede ser estudiada de manera presencial en la Facultad de Arquitectura. El Instituto Tecnológico de Monterrey (ITESM) es otra de las universidades en las que es posible titularse como urbanista, así como en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). Por su parte, la Universidad Autónoma de México (UAM) ofrece la opción de cursar una Maestría y Doctorado en Estudios y Diseño Urbano, junto a la Universidad de Guadalajara (UdeG).
Fuente : AD