La arquitectura de la India está enraizada en su historia, cultura y religión. La arquitectura india progresó con el tiempo y asimiló las muchas influencias que surgieron como resultado del discurrir global de la India con otras regiones del mundo a lo largo de sus más de dos milenios de existencia. Los métodos arquitectónicos practicados en la India y son el resultado del examen y la implementación de las establecidas tradiciones constructivas y de las interacciones culturales externas.1Los monumentos más antiguos de la India son de una época reciente comparados con los de Caldea y Egipto y se atribuyen como mucho al siglo v antes de nuestra era, son religiosos y corresponden a las religiones bramánica y budistas allí dominantes. No se conocen palacios antiguos en la arquitectura india, pues los de fecha más antigua datan del siglo xv habiéndose construido los anteriores con material de baja calidad y los que se hallan de arte indio (que no son de arte musulmán) son muy escasos. Lo mismo ocurre con las tumbas o monumentos funerarios que no son religiosos.
Aunque antigua, esa tradición oriental también ha incorporado valores modernos a medida que la India se convertía en un estado-nación moderno. Las reformas económicas de 1991 reforzaron aún más la arquitectura urbana de la India a medida que el país se integró más en la economía mundial. El tradicional Vastu Shastra sigue siendo influyente en la arquitectura de la India durante la era contemporánea.1
Los tipos más comunes en la arquitectura india son:
el templo subterráneo junto con el monolítico,
la estupa o tope junto con la vihara,
la pagoda al aire libre,
la gopura,
la sikhara,
las puertas (dvara, torana) y las columnas conmemorativas.
Civilización del valle del Indo (3300 a. C. – 1700 a. C.)
La civilización del valle del Indo (3300-1700 a. C.) cubrió una gran área alrededor de la cuenca del río Indo y más allá. En su fase de madurez, desde ca. 2600-1900 a. C., produjo varias ciudades marcadas por una gran uniformidad dentro y entre los sitios, como Harappa, Lothal y Mohenjo-daro, sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Los aspectos cívicos y urbanísticos y de ingeniería de estas ciudades son notables, pero el diseño de los edificios es «de un carácter utilitario sorprendente». Hay graneros, desagües, cursos de agua y cisternas, pero no se han identificado palacios ni templos, aunque las ciudades tienen una «ciudadela» central elevada y fortificada.3 Mohenjo-daro tiene pozos que pueden ser los antecesores de los baori. Hasta 700 pozos se han descubierto en una sola sección de la ciudad, lo que lleva a los académicos a creer que los «pozos cilíndricos revestidos con ladrillos» fueron inventados por la civilización del Valle del Indo.
La decoración arquitectónica es extremadamente mínima, aunque hay «nichos puntiagudos estrechos» dentro de algunos edificios. La mayor parte del arte encontrado está en formas en miniatura como sellos, y principalmente en terracota, pero hay muy pocas esculturas de figuras más grandes. En la mayoría de los sitios, el ladrillo de barro horneado (no cocido al sol como en Mesopotamia) se usa de forma exclusiva como material de construcción, pero algunos como Dholavira están en piedra. La mayoría de las casas tienen dos pisos, con tamaños y plantas muy uniformes. Las grandes ciudades disminuyeron relativamente rápido, por razones desconocidas, dejando atrás una cultura de aldea menos sofisticada.
Mahajanapadas (600-320 a. C.)
Arquitectura urbana
Desde la época de las Mahajanapadas (600-320 a. C.), son características importantes de la arquitectura india las ciudades amuralladas y fosos con grandes puertas y edificios de varias plantas que consistentemente usaban ventanas arqueadas y puertas, y que hicieron un uso intenso de la arquitectura de madera.6 Los relieves de Sanchi, que datan del siglo i a. C. al siglo i d. C., muestran ya representaciones de ciudades como Kushinagar o Rajagriha que muestran como espléndidas ciudades amuralladas durante la época de Buda (siglo vi a. C.), como en el Cortejo real que abandona Rajagriha o la guerra sobre las reliquias de Buda. Esas vistas de las antiguas ciudades indias se basaron en la comprensión de la arquitectura urbana india antigua. Arqueológicamente, ese período corresponde en parte con la cultura Northern Black Polished Ware.7 Geopolíticamente, el Imperio aqueménida comenzó a ocupar la parte noroeste del subcontinente indio desde ca. 518 a. C.
Varios tipos de viviendas individuales de la época de Buda (c. 563/480 o c. 483/400 a. C.), que se asemejan a chozas con puertas decoradas con chaitya, también se describen en los relieves de Sanchi. Particularmente, el Jetavana en Sravasti, muestra las tres residencias favoritas de Buda: el Gandhakuti, el Kosambakuti y el Karorikuti, con el trono de Buda en el frente de cada uno. El jardín de Jetavana fue presentado al Buda por el rico banquero Anathapindika, quien lo compró por tantas piezas de oro que cubrirían la superficie del suelo. Por ello el primer plano del relieve se muestra cubierto con las antiguas monedas indias (karshapanas), tal como se muestra en un relieve similar en Bharhut. Aunque los relieves de Sanchi se remontan hasta el siglo i a. C., la escena retratada tiene lugar durante la época del Buda, cuatro siglos antes, lo que se consideran una indicio importante de la construcción de tradiciones en esos tiempos tempranos.
Cuevas budistas
Durante la época de Buda (c. 563/480 o c. 483/400 a. C.), los monjes budistas también tenían la costumbre de usar cuevas naturales, como la cueva Saptaparni, al suroeste de Rajgir, Bihar. Muchos creen que fue el sitio en el que Buda pasó algún tiempo antes de su muerte, y donde se celebró el primer concilio budista después de la muerte de Buda (paranirvana). El mismo Buda también usó la cueva de Indrasala para la meditación, comenzando una tradición de usar cuevas, naturales o hechas por el hombre, como retiros religiosos, que duraría más de un milenio.
Monasterios
[[Archivo:Jivakarama oblong communal hall.jpg|thumb|Monasterio Jivakarama vihara. Sala comunal oblonga (restos), siglo vi a. C. Los primeros monasterios, como el Jivakarama vihara en Rajgir, Bihar, se construyeron desde la época del Buda, en los siglos VI o V a. C. El monasterio inicial de Jivakarama estaba formado por dos largos pasillos paralelos y alargados, dormitorios grandes donde los monjes podían comer y dormir, de conformidad con las regulaciones originales del samgha, sin celdas privadas. Luego se construyeron otras salas, en su mayoría edificios alargados y oblongos, que recuerdan la construcción de varias de las cuevas de Barabar. Se dice que Buda fue tratado una vez en el monasterio, después de haber sido herido por Devadatta.
Estupas
[[Archivo:Stupas-Original-00020.jpg|thumb|right|Las estupas en Piprahwa son algunas de las primeras estupas supervivientes.
Los edificios religiosos en forma de estupa budista, un monumento en forma de cúpula, comenzaron a usarse en la India como monumentos conmemorativos asociados con la conservación de reliquias sagradas de Buda. Las reliquias de Buda se dividieron entre ocho estupas, en Rajagriha, Vaishali, Kapilavastu, Allakappa, Ramagrama, Pava, Kushinagar y Vethapida. La estupa de Piprahwa también parece haber sido una de las primeras en ser construidas. Barandillas de protección —consistentes en postes, barras transversales y una cofia— se convirtieron en una característica de seguridad rodeando una estupa. El mismo Buda había dejado instrucciones sobre cómo rendir homenaje en las estupas: «Y quien ponga guirnaldas o coloque perfumes dulces y colores allí con un corazón devoto, cosechará beneficios durante mucho tiempo». Esta práctica llevaría a la decoración de las estupas con tallas en piedra de guirnaldas de flores en el período Clásico.
Periodo clásico (320 a. C.-550 d. C.)
Arquitectura monumental en piedra
La siguiente ola de construcción, que se basa en los primeros ejemplos de arquitectura en verdadera piedra, aparece con el inicio del período Clásico (320 a. C.-550 d. C.) y el surgimiento del Imperio maurya. La ciudad capital de Pataliputra fue una maravilla urbana descrita por el embajador griego Megástenes. Los restos de la arquitectura de piedra monumental, con una fuerte influencia aqueménida y griega, se pueden ver en los numerosos artefactos recuperados de Pataliputra, como el capitel de Pataliputra. Esta fertilización cruzada entre diferentes corrientes artísticas que convergieron en el subcontinente indio produjo nuevas formas que, al tiempo que conservaban la esencia del pasado, lograban integrar elementos seleccionados de las nuevas influencias.
El emperador indio Ashoka (r. 273-232 a. C.) estableció los pilares de Ashoka en todo su reino, generalmente junto a las estupas budistas. Según la tradición budista, Ashoka había recuperado las reliquias de Buda de estupas anteriores (excepto de la estupa Ramagrama) y erigió 84 000 nuevas estupas para distribuir las reliquias por toda la India. En efecto, se piensa que muchas estupas datan originalmente de la época de Ashoka, como en Sanchi o en Kesariya, donde también erigió pilares con sus inscripciones, y posiblemente en Bharhut, Amaravati o Dharmarajika, en Gandhara.
Ashoka también construyó el inicial templo Mahabodhi, en Bodh Gaya, alrededor del árbol Bodhi, incluyendo obras maestras como el trono de Diamante (Vajrasana). También se dice que estableció una cadena de hospitales en todo el imperio maurya en el año 230 a. C.. Uno de los edictos de Ashoka dice: «En todas partes, el rey Piyadasi [Ashoka] erigió dos tipos de hospitales, hospitales para personas y hospitales para animales. Dónde no había hierbas curativas para personas y animales, ordenó que fueran compradas y plantadas». El arte y la cultura indios han absorbido impactos extraños en diversos grados y por esa exposición son mucho más ricos.
Durante el imperio maurya (ca. 321-185 a. C.), se construyeron muchas ciudades fortificadas con estupas, viharas y templos. Las creaciones arquitectónicas del período maurya, como la ciudad de Pataliputra o los pilares de Ashoka, sobresalen entre sus logros, y a menudo se comparan favorablemente con el resto del mundo en ese momento. Al comentar la escultura maurya, el arqueólogo John Marshall señaló la «extraordinaria precisión y exactitud que caracteriza a todas las obras mauryas, y que nunca ha sido, nos atrevemos a decir, superada incluso por la mano de obra más refinada de los edificios atenienses».
- Una estupa temprana, de 6 m de diámetro, con sombrilla caída en el lateral. Chakpat, cerca de Chakdara. Probablemente de la época maurya, siglo III a. C..
- Ruinas de la sala de pilares en el sitio Kumrahar, en Pataliputra
- Pilar maurya de piedra pulida de Pataliputra
- Redescubrimiento en 1905 del pilar de Ashoka en Sarnath
Cuevas talladas en la roca
Esta sección es un extracto de Arquitectura tallada en la roca en India.
La arquitectura tallada en la roca de la India, también arquitectura rupestre, se refiere a las construcciones excavadas o esculpidas en cuevas, grutas o paredes rocosas por las civilizaciones antiguas de la India, la más variada y que se encuentra en mayor abundancia en ese país que en cualquier otro país del mundo. La arquitectura tallada en la roca es la práctica de crear una edificación tallando en la roca natural sólida, retirando la roca que no forme parte de la edificación, hasta que la única roca que quede conforme los elementos arquitectónicos del interior excavado. La arquitectura india tallada en la roca es en su mayoría de naturaleza religiosa.
Hay más de 1500 edificaciones conocidas talladas en la roca en el país, la mayoría adornadas con exquisitas tallas de piedra y muchas de ellas albergan obras de arte de importancia mundial. Esas edificaciones antiguas y medievales representan logros significativos de la ingeniería estructural y de la artesanía.
En la India, las cuevas han sido consideradas desde antiguo como lugares sagrados, condición que mantuvieron las cuevas agrandadas o hechas por el hombre, tan sagradas como las cuevas naturales. El santuario en todas las edificaciones religiosas indias, incluso en las independientes, era diseñado para tener en él la misma sensación que en una cueva, siendo generalmente dependencias pequeñas y oscuras, sin luz natural. La arquitectura más antigua en roca se encuentra en las cuevas de Barabar, en el estado de Bihar, que fueron construidas alrededor del siglo a. C. y dedicadas personalmente por Ashoka ca. 250 a. C.. Ya muestran un nivel asombroso de habilidad técnica, siendo la roca de granito extremadamente dura cortada según formas geométrica y pulida para obtener un acabado tipo espejo. Originalmente, probablemente habría edificaciones de madera asociadas que se habrían deteriorado con el tiempo y de las que no quedan restos. Se han encontrado numerosos relieves en roca, esculturas en relieve talladas en las caras de roca, fuera de las cuevas o en otros sitios.
Probablemente debido a la caída en el siglo a. C. del Imperio maurya y a las persecuciones del budismo bajo Pushyamitra Sunga, muchos budistas se mudaron a la meseta del Decán bajo la protección de la dinastía Andhra, cambiando así el esfuerzo de construcción de cuevas hacia la India occidental: un enorme esfuerzo por crear cuevas religiosas (generalmente budistas o jainistas) continuó hasta el
siglo a. C., que culminó con las cuevas de Karla o las cuevas de Nasik. Esas cuevas generalmente siguieron una planta absidial disponiendo una estupa en la parte posterior para las chaityas, y una planta rectangular con celdas circundantes para los viharas. Numerosos donantes proporcionaron los fondos para la construcción de estas cuevas y dejaron inscripciones donativas, incluidos algunos laicos, miembros del clero, funcionarios gubernamentales e incluso extranjeros como Yavanas (indogriegos), que representan aproximadamente el 8% de todas las inscripciones.
Históricamente, los artesanos llevaban adelante elementos del diseño de la madera en sus templos tallados en la roca: hábiles artesanos tallaban las rocas para imitar la textura, las vetas y la estructura de la madera. Los templos más antiguos incluyen las cuevas de Bhaja, las cuevas de Karla, las cuevas de Bedse, las cuevas de Kanheri y algunas de las cuevas de Ajanta. Las reliquias encontradas en esas cuevas sugieren una conexión entre lo religioso y lo comercial. Se sabe que los misioneros budistas habrían acompañado a los comerciantes en las concurridas rutas comerciales internacionales a través de la India. Algunos de los templos de cuevas más suntuosos, encargados por comerciantes adinerados, incluían pilares, arcos y elaboradas fachadas. Se hicieron durante el período en que el comercio marítimo prosperó entre el Imperio romano y el sudeste asiático.
La construcción de cuevas desaparecería después del siglo d. C., posiblemente debido al surgimiento del budismo Mahayana y a la intensa producción arquitectónica y artística asociada en Gandhara y Amaravati. La construcción de cuevas revivirá brevemente en el siglo d. C., con tallas más sofisticadas, con los magníficos logros de Ajanta y de Ellora. El templo monolítico de Kailash se considera el cenit de este tipo de construcción, el último y más espectacular templo excavado en la roca.
Finalmente las cuevas desaparecerán de forma generalizada cuando el hinduismo reemplazó al budismo en el subcontinente, y los templos exentos se hicieron más frecuentes. Continuaron algunos ejemplos en cuevas hasta el siglo xii, pero la arquitectura tallada en roca se convirtió en casi totalmente de naturaleza estructural. Es decir, las rocas se cortaron en bloques y se usaron para construir edificaciones independientes.
La arquitectura tallada en roca también se desarrolló con la aparición de baoris en la India, que datan de 200 a 400 d. C. Posteriormente, se llevó a cabo la construcción de pozos en Dhank (550-625) y estanques escalonados en Bhinmal (850-950).