El proyecto residencial en Castelldefels fragmenta su volumetría para generar una mayor permeabilidad urbana y visual, favoreciendo la continuidad entre el tejido construido y el bosque de pino colindante. La compleja topografía del solar, con un desnivel de hasta 9 metros, se resuelve mediante un escalonamiento que adapta los edificios de viviendas sociales al terreno.
Con el objetivo de maximizar el número de viviendas sin renunciar a la calidad espacial, la organización del conjunto está basada en una agregación de ocho unidades por planta, resueltas con solo dos núcleos de escalera para optimizar la superficie útil de las 72 viviendas. La tipología, libre de pasillos y con una cuidada optimización de espacios, reduce el uso de materiales manteniendo un alto nivel de habitabilidad.
Los núcleos de circulación se conciben como espacios de alta calidad ambiental, gracias a la incorporación de cuatro patios concatenados que aportan luz natural y ventilación cruzada a los espacios comunes y a todas las viviendas. Estos patios transforman los ámbitos circulatorios en áreas semiexteriores que propician el encuentro vecinal y funcionan como reguladores térmicos pasivos. En conjunto, el proyecto adopta una estrategia integral de eficiencia energética pasiva, concentrando las instalaciones húmedas en torno a los patios para disminuir recorridos, consumo y complejidad técnica.
Las zonas de acceso desempeñan un papel doble: son vestíbulos y, al mismo tiempo, espacios flexibles capaces de acoger actividades espontáneas o reuniones vecinales, reforzando así la cohesión social interna. Los espacios de estacionamiento, concebidos como áreas recuperables, incorporan ventilación natural gracias a celosías cerámicas integradas en fachada.






















