Se trata de la arquitectura que se enfocó en el hombre como escala, por eso es tan admirada por todos.
La modulación y lo clásico son parte de la arquitectura renacentista, conoce más del estilo.
La arquitectura renacentista fue un punto de inflexión histórico, ya que marcó el fin del particular oscurantismo de la Edad Media, y a su vez, inauguró una nueva etapa en el camino de la humanidad, es decir, la Edad Moderna. Como su nombre lo insinúa, la arquitectura renacentista fue producto del Renacimiento, y como parte fundamental del movimiento, adoptó sus ideales y ejes de pensamiento y los extrapoló al diseño de edificios.
Como sucesora del gótico y antecesora del barroco, la arquitectura renacentista asentó las bases para un neoclásico que aún se encontraba macerándose en la historia. Con pulidos cánones estéticos y una pasión por la geometría, la arquitectura del Renacimiento es perfecta para los amantes de las bellas artes.
La arquitectura renacentista utilizó las columnas clásicas y los arcos como elementos característicos.
¿Qué es la arquitectura renacentista?
La arquitectura renacentista es un movimiento que nació gracias al periodo del Renacimiento, y por lo tanto, comprendió del siglo XV al siglo XVI. Su legado radica en abandonar los conceptos medievales y regresar a los cánones de la antiguas culturas griegas y romanas, como parte de la idea del florecimiento que el movimiento respaldó. A diferencia del neoclásico, del siglo XVIII, la arquitectura renacentista ajustó los elementos clásicos a sus edificios, pero no los reprodujo en forma y monumentalidad, como sí lo hizo el neoclasicismo. Asimismo, es notable cómo la arquitectura giró entorno al hombre e integró nuevos materiales, como el mármol, y los mezcló con los tradicionales ladrillos, piedras y maderas.
Además, la arquitectura del Renacimiento también modificó la noción que se guardaba del arquitecto, y separó al proyectista del constructor. Con dicho cambio, tanto los arquitectos como la arquitectura se revalorizaron, para ser un ejercicio profesional y no de artesanos. Entonces, el anonimato de los arquitectos quedó en el olvido, y a partir del Renacimiento, su autoría se grabó en los edificios y en la memoria del pueblo.
La Catedral de Santa María del Fiore, de Filippo Brunelleschi, es de los mayores ejemplos de la arquitectura renacentista.
¿Cómo nace la arquitectura renacentista?
El gótico fue un movimiento que se instauró rápidamente en gran parte de Europa, sin embargo, el territorio que hoy se conoce como Italia no se volcó por completo a él. En su búsqueda por encontrar un estilo que se separase de lo gótico, nació la arquitectura renacentista, en Florencia. A lo largo y ancho del continente es común ver edificios con estética gótica y a la vez, frontones griegos o columnas clásicas en la fachada, ya que la transición entre los dos movimientos fue paulatina y, sobre todo, de experimentación. Tal es el caso de la Catedral de Santa María del Fiore, considerado el primer edificio renacentista, pero que aún conserva arcos ojivales y rosetones propios del gótico. La cúpula de la catedral fue diseñada por Filippo Brunelleschi, uno de los arquitectos más famosos del Quattrocento. Pero, ¿qué es el Quattrocento? Tanto el Quattrocento como el Cinquecento son los periodos de la arquitectura renacentista. El primero también es conocido como “el primer renacimiento” o “el renacimiento temprano”, y se desarrolló principalmente en Florencia y Toscana. Estéticamente hablando, el Quattrocento fue sencillo e incorporó la arquitectura clásica, como las columnas de fuste liso, los arcos de medio punto y las decoraciones a base de guirnaldas y flores. Al segundo, en cambio, se le dio el nombre de “el renacimiento clásico” o “alto renacimiento”, y tuvo auge en Roma, gracias al apoyo del Papa. A diferencia del primer periodo, el Cinquecento dejó la sencillez y optó por una mayor riqueza de materiales, decoraciones (como esculturas y bajos relieves), y de tamaño.
En la arquitectura renacentista es fácil observar el patrón que marcó la burguesía, pues al instaurarse las ciudades-estado, la iglesia no pudo mantener la hegemonía de su control. Las grandes familias adineradas fueron las que apuntaron a la arquitectura renacentista por medio de los mecenazgos, y por lo tanto, además de iglesias y catedrales, también había numerosos palacios, villas rurales y edificios civiles. La proliferación del estilo se debe a los constructores, que ahora separados de los proyectistas, esparcieron las nuevas ideas alrededor de las tierras.
El hombre, la geometría y lo clásico son tres de las cualidades de la arquitectura renacentista.
¿Cuáles son las características de la arquitectura renacentista?
Se dividen en tres tipos las características de la arquitectura renacentista: conceptuales, proyectuales y arquitectónicas. Las conceptuales naturalmente rigieron al resto, y en este caso, fue el antropocentrismo el que dominó a las construcciones renacentistas. Para los arquitectos del periodo, la unidad por excelencia fue el cuerpo humano, porque se instalaron en la corriente humanista. Así, el hombre fue el centro de todo: en la pintura destacó la silueta sobre el paisaje, en la escultura se exploraron las dimensiones del cuerpo, y en la arquitectura las medidas se acercaron a la escala humana. Por lo tanto, los edificios redujeron su tamaño, y se alejaron de la verticalidad que propuso el gótico, en cambio, se proyectó en la longitudinalidad y en las alturas que guardaran relación con el usuario (aunque para finales del movimiento, las dimensiones tendieron a lo monumental, y fue una cualidad que el posterior neoclásico retomó). Con la preocupación de las proporciones humanas, la arquitectura renacentista optó por la sección áurea, misma proporción que Vitruvio estableció en sus tratados y que, siglos después, Leonardo Da Vinci retomaría en el famoso “hombre de Vitruvio”.
“El hombre de Vitruvio”, de Leonardo Da Vinci, estableció las bases de la proporción humana en la arquitectura renacentista.
En cuanto a las características proyectuales, la arquitectura renacentista encausó sus diseños a la geometría. Las formas básicas tomaron mayor importancia, como los rectángulos, cuadrados y círculos; el objetivo era que el meticuloso diseño se diferenciara de la arbitrariedad del medievo. Ahora bien, la armonía, y en consecuencia, la simetría fueron los rectores en los dos planos arquitectónicos: la planta y la fachada. El ritmo y la modulación se sumaron como las otras dos cualidades que complementaron los diseños. Por ritmo se entiende a la cohesión de elementos entre sí con relación a un todo, en este caso, el edificio. La modulación, por su parte, se refiere a la medida como referencia de proporción, por ejemplo, que el ancho del edificio fuera dos veces su altura. En la arquitectura renacentista todo estuvo perfectamente diseñado bajo las matemáticas y el hombre.
Por último, en el rubro de lo arquitectónico, la cúpula fue el mayor aliado de la arquitectura renacentista por dos motivos. El primero fue el referente visual que significó dentro de las nuevas ciudades, ya que este elemento quedó expuesto en las zonas de mayor altura de los edificios. La segunda fue por el peso histórico que cargó, al ser uno de los elementos clave de los romanos; la arquitectura renacentista, al nacer en Italia, retomó en su mayoría los cánones de sus antepasados. Las órdenes clásicas también se retomaron, en este caso, las jónicas y las compuestas con mayor asiduidad que el resto. La orden jónica fue aquella que representó la feminidad, y por lo tanto, las columnas solían ser esbeltas, mientras que el capitel (el coronamiento de la columna) estuvo decorado con volutas. El compuesto, tal como lo indica su nombre, fue una mezcla de las órdenes jónicas y corintias, por lo que el capitel combinó las volutas con las hojas de acanto. Además, el típico arco ojival, que caracterizó al gótico, fue abandonado, y en su lugar se volvió al arco de medio punto.
Estos son los edificios más representativos de la arquitectura renacentista.
Edificios y arquitectos de la arquitectura renacentista
Con mayores representantes en su país natal, Italia, estos son los mejores edificios junto a los arquitectos más reconocidos de la arquitectura renacentista:
Templete de San Pietro in Montorio
Donato Bramante
Se le atribuye a Donato Bramante ser el creador del Cinquecento o “alto renacimiento”. Su obra más importante es el Templete de San Pietro in Montorio, en honor a San Pedro el Apóstol. El edificio, de principios del siglo XVI, muestra la rigurosidad de la arquitectura renacentista, con una planta en circunferencia, un estricto ritmo entre las columnas toscanas y una balaustra decorada. El remate del templete es una cúpula que contrasta en color al resto del inmueble.
Es importante recordar que la orden toscana fue introducida por los romanos, como una reinterpretación de la orden dórica, cuya diferencia es la añadidura de una base, para que la columna no se desplantara directamente sobre el piso, como sí lo hacía la opción griega.
Castillo de Chambord
Domenico da Cortona, entre otros.
En Francia, se esconde uno de los castillos no solo más hermoso, sino representativo de la arquitectura renacentista. Terminado a mediados del siglo XVI, este edificio es una bella mezcla entre la arquitectura monumental de medievo y las ideas del Renacimiento. El acceso y cada uno de los vértices del castillo está rematado con torres de planta circular, que se elevan y rematan, a su vez, en grandes pináculos abovedados.
En el interior, su escalera abierta es el orgullo de la arquitectura renacentista, de la que se especula, el mismo Leonardo Da Vinci estuvo involucrado.
Iglesia Il Redentore y San Jorge la Mayor
Andrea Palladio
El arquitecto Andrea Palladio fue un ilustre que participó en numerosos proyectos renacentistas, pero también significó una fuerte influencia para la arquitectura neoclásica, ya que sus villas, alrededor de Italia, se convirtieron en un género dentro del neoclasicismo. En cuanto a la arquitectura renacentista, la fachada de la Iglesia Il Redentore y San Jorge la Mayor retrata fielmente la arquitectura clásica, tanto por su estilismo como por su monumentalidad.
Las columnas del orden jónico, la interpretación de un doble frontón griego, y la cúpula al centro de la iglesia ejemplifican, casi con lista en mano, los elementos característicos de la arquitectura del Renacimiento.
Basílica de Santa María Novella
Leon Battista Alberti
Pocas fachadas son tan icónicas como la de la Basílica de Santa María Novella, dentro y fuera de la arquitectura renacentista. En la ciudad madre del estilo, Florencia, el edificio religioso vio a luz en el Quattrocento, entre el blanco del mármol y el verde de sus elementos lineales.
Debido a su nacimiento temprano dentro del estilo, aún poseyó ciertas características góticas, como los nichos coronados con arcos ojivales. El frontón que corona la fachada, así como los alerones a modo de volutas, de la orden jónica, son parte de los elementos renacentistas del edificio.
Cúpula de la Basílica San Pedro
Miguel Ángel
Miguel Ángel es un nombre conocido por todos, aunque su ocupación como escultor sea más prolífera que la de arquitecto. Sin embargo, él mismo fue el encargado de diseñar la cúpula de la basílica más importante del Vaticano, aunque sus ojos no lograron apreciar el resultado final.
La planta del edificio es una cruz latina perfecta en proporciones y dimensiones, y la cúpula nace del centro de la basílica. Se sostiene de sus perfectas columnas clásicas y los muros perimetrales, lo que permitió mayor pureza compositiva, donde los mismos nervios se abrazan a la cúpula con ritmo.
Sin cabida a dudas, la arquitectura renacentista alcanzó un equilibrio necesario entre el hombre y la arquitectura, la fe y la erudición, la proporción y el significado, por eso sus edificios poseen una belleza armónica que no tiene comparación.