Restaurante Gary Sushi es una propuesta arquitectónica contemporánea desarrollada en el municipio de Facatativá-Cundinamarca, Colombia, que se distingue por su diseño honesto y expresivo. El proyecto se ubica en un sector tradicionalmente residencial, conformado por viviendas unifamiliares, que en los últimos años ha experimentado una transformación paulatina hacia un uso más comercial, debido a la construcción de centros comerciales aledaños. Este contexto de cambio urbano fue determinante en la conceptualización del proyecto, que busca integrarse con su entorno, aportando identidad y valor arquitectónico.
En 305 m2, el diseño se desarrolla en dos niveles principales y una cubierta transitable con servicios técnicos. La primera planta se fragmenta en dos áreas funcionales «zona de servicios y salón de comensales» ambas se desarrollan longitudinalmente y están conectadas de forma directa a través de las barras de servicio, lo que permite una operación eficiente y una circulación fluida. A nivel de cubierta se incorpora una pérgola cuya finalidad es permitir el ingreso de luz natural y generar una doble altura que articula visual y espacialmente los dos primeros niveles, aportando amplitud al conjunto arquitectónico.
La segunda planta consta de un segundo salón de comensales y de Gary Café, un pequeño espacio destinado a la venta de café, postres y helados. En este nivel también se logra obtener una terraza orientada a la fachada que nos fue dictaminando la normativa del lugar.
La estructura metálica se convierte en uno de los protagonistas del espacio. Esta fue una decisión técnica que no solo permitió una mayor ligereza estructural y rapidez constructiva, sino que también deja expuesta su esencia, otorgando al lugar un carácter industrial que dialoga con la identidad urbana del entorno. La elección de materiales austeros responde tanto a una intención estética como funcional. Concreto pulido, microcemento, muros de ladrillo aparente, conforman una paleta sobria que potencia la textura y honestidad de los materiales, sin necesidad de recurrir a ornamentos superfluos. Esta simplicidad calculada genera una atmósfera acogedora y auténtica, alineada con la experiencia que el restaurante busca ofrecer a sus comensales: un espacio sin pretensiones, donde lo esencial prevalece.
Una paleta color verde, cuidadosamente seleccionada como acento dentro del proyecto, presente en mobiliario, detalles constructivos y elementos de jardinería interior, este tono fresco y vibrante contrasta con la sobriedad de los materiales base, aportando dinamismo. Más que un recurso visual, el verde cumple una función simbólica, evocando naturaleza, frescura y renovación: valores que también se reflejan en la propuesta gastronómica del restaurante.
Uno de los elementos más distintivos del proyecto es la incorporación del arte como parte integral del diseño. En el remate visual del restaurante se encargó un mural de gran formato que abarca y enmarca las visuales de la doble altura al reconocido artista Toxicómano Callejero, cuya obra aporta una capa narrativa y expresiva al espacio. Su intervención no solo añade color y energía, sino que también conecta al restaurante con el lenguaje de la ciudad, reafirmando su identidad como un lugar actual, inclusivo y con carácter.
Gary Sushi logra así combinar arquitectura, arte y gastronomía en una experiencia espacial, coherente, honesta y memorable.
