El 30 de noviembre se realizó en el auditorio del Colegio de Arquitectos Regional Arequipa, la ceremonia presencial de premiación y clausura de la XIX Bienal Nacional de Arquitectura Peruana – Arequipa 2024, que buscó reconocer los mejores proyectos, estudios y publicaciones de los últimos 4 años a nivel nacional.
Ganador del Hexágono de Oro
Así, el proyecto: “Obra habitada en Huayruro” del arquitecto César Omar Tarazona Huamán fue reconocido con el máximo galardón que premia la arquitectura en el Perú: el prestigioso Hexágono de Oro, proyecto que fue galardonado en la Categoría: Obra Nueva/Remodelación en inmuebles ubicados en zonas monumentales.
Por su parte, el jurado calificador resaltó del proyecto: “La casa-estudio que gana el premio refleja una arquitectura cuidadosa, vivible, con un fuerte base teórica, sumamente realista y sensible al contexto (en un sentido amplio).
Al reconocer que la gran mayoría de las construcciones son informales en Perú, las limitaciones de mano de obra cualificada, y la necesidad de construir y vivir a la vez, el arquitecto, crea un espacio generoso (4.00 m de altura) en la ciudad, reformando el espacio interior con elementos sencillos de madera, patios, ventilación cruzada e iluminación, y así marcando un posible camino para otros proyectos de reformar y aprovechar la ciudad existente.
Dice con certeza que la pieza de arquitectura resultante (aunque pequeña, pero con muchas ambiciones) “pretende hablar de sostenibilidad, libertad, flexibilidad y resiliencia…”.
Ganador del Hexágono de Plata
El prestigioso Hexágono de Plata fue para la obra en la categoría Vivienda Unifamiliar/Bifamiliar «Casa Manire» del Arq. Martín Dulanto Sangalli.
Veredicto del Jurado: “La Casa Manire, es un refugio en la naturaleza para una familia en búsqueda de la paz y conexión con su entorno. La casa, sencilla y exquisita a la vez, está hecha de materiales naturales del lugar como piedra, madera y fibras y mano de obra local”. Según el arquitecto, “La Casa Manire muestra como la arquitectura puede conectar el pasado y presente, y el ser humano y la naturaleza…”, replanteando el concepto de la vivienda unifamiliar. Es una obra cuyo valor está en lo simple (que es lo más complejo) y en el detalle (donde florece la arquitectura) lográndose un resultado que transmite paz, humanidad y respeto al contexto natural”.