El Festival de Arquitectura y Diseño Concéntrico celebró su décimo aniversario del 25 de abril al 1 de mayo de 2024 con una edición que pretendió reflexionar sobre el impacto del festival anual en la ciudad de Logroño, España, como así también considerar la continua evolución de la ciudad. A través de instalaciones, exposiciones, conferencias, performances, talleres y actividades, Concéntrico propone una reflexión sobre el entorno urbano, dando la bienvenida a profesionales de la arquitectura y el diseño para intervenirlo y desafiarlo mientras se conversa sobre cuestiones urgentes.
Si bien el tema oficial del festival se centró en el futuro de las ciudades, los arquitectos, arquitectas y diseñadores invitados llevaron esta sugerencia más allá. Durante el evento de este año surgieron varios pensamientos y temáticas generales, desde la incorporación de conceptos de tiempo, un elemento inusual que se puede abordar a través de instalaciones temporales, hasta el deseo de interactuar de manera más honesta con un público más amplio, escuchar sus necesidades y crear plataformas donde diversas perspectivas puedan ocupar un lugar central.
Esta edición también mostró cómo el festival cambia y se adapta con el tiempo, recibiendo comentarios, aprendiendo de esfuerzos anteriores y probando nuevos formatos. Desde 2015, a lo largo de las nueve ediciones anteriores, el festival ha realizado más de 120 instalaciones urbanas, esperando ayudar a los ciudadanos y ciudadanas a reconectarse con su urbe.
Generar compromiso lúdico
En el caso de muchos festivales de arquitectura, el deseo final suele ser llegar a un público más amplio, abrir la práctica del diseño y crear algo útil y atractivo para todos. Este año, los arquitectos/as de Concéntrico se inclinaron por esto. Si bien muchas de las instalaciones surgen de cuestiones complejas relacionadas con el ámbito público, sus presentaciones finales son simples, intuitivas y fáciles de interactuar.
Quizás si se busca que las personas disminuyan la velocidad y reflexionen sobre su entorno, todo lo que se necesita es una pequeña fuente de agua con espejos móviles. Un trampolín sobre escaleras de colores deslumbrantes puede proporcionar un cambio de perspectiva, especialmente si se coloca frente a una catedral imponente, mientras que piezas giratorias de tela roja inspiran a las personas a explorar un pasaje que, de otro modo, pasaría desapercibido.
Para fomentar estas interacciones lúdicas, las instalaciones premian la curiosidad de los transeúntes sin necesidad de más explicaciones. Sin embargo, si se contemplan, pueden surgir significados y mensajes ocultos, añadiendo profundidad a una intervención que, de otra manera, sería sencilla. Un ejemplo de ello es el “Monumento público” de Willem de Haan, que transforma el pedestal de una imponente estatua en una imagen reconocible: una casa modesta, completa con porche, aire acondicionado y timbre, todo bajo la postura heroica del general Espartero. Una pequeña plataforma invita a cruzar el agua, acariciar a los leones de piedra y recrear escenas domésticas en lo que antes era un espacio autoritario e inaccesible. Las capas de interpretación son múltiples, desde un comentario sobre la propiedad privada versus la pública, la crisis de la vivienda, un desafío al estatus honorífico de las estatuas en espacios públicos, o simplemente una intervención lúdica para llamar la atención e invitar a una mayor exploración.
A través de interacciones, algunas de las instalaciones cambiaron su apariencia a lo largo del festival. ESD Madrid equipó el patio de la Biblioteca de La Rioja con un kit de piezas recortadas en madera contrachapada, que podrían sacarse de sus tableros y ensamblarse formando sillas, mesas o cualquier otra estructura imaginada por los usuarios. El intuitivo sistema de construcción capturó el interés tanto de niños como de adultos, quienes se mezclaron para explorar las posibilidades formales de las partes. Por otro lado, RaivioBumann adoptó un enfoque similar, cuyas coloridas piezas de mobiliario urbano se movieron y reorganizaron para crear nuevos patrones visuales y funcionales en la plaza.
Además de crear compromiso a través de las instalaciones finales, algunos de los arquitectos/as también invitaron a participar durante las fases de diseño y construcción. Outpost Office llevó un robot de pintura controlado por GPS a los patios de las escuelas de Logroño como parte de su iniciativa de Servicios Públicos. Invitaron a los estudiantes a aprender sobre las capacidades del robot y contribuir al proceso de dibujar nuevos patrones en el pavimento, que luego pueden servir como tableros a gran escala para juegos y competiciones. Del mismo modo, ji arquitectos + Blas Antón se acercaron a colegios de la región y pidieron a los niños que dibujaran cómo ven el entorno natural de la región de La Rioja. Luego, los dibujos se transformaron en instalaciones de madera y se esparcieron por el viñedo, superponiendo los paisajes imaginados y reales.
Perspectivas cambiantes
Al ceder la fase de dibujo del proyecto a alumnos de primaria, ji arquitectos + Blas Antón mostró un segundo tema emergente de la edición de este año: la voluntad de acoger y adoptar diferentes perspectivas. La instalación Open Segments demostró este potencial de los espacios urbanos para cambiar su identidad e insinuar otras culturas. Como los primeros arquitectos sauditas en contribuir a Concéntrico, Syn Architects ofreció a los residentes de Logroño una suave introducción a la cultura espacial de la región de Najd en Arabia Saudita. Esto se obtuvo configurando el pabellón modular para recrear la fragmentación y la intimidad que define su configuración espacial nativa y estructura social.
El pabellón también acogió la influencia española. Tras la clausura del festival en Logroño, los módulos serán desmontados y trasladados a Arabia Saudita, sólo que esta vez para ser reconfigurados de una manera que muestre la cultura espacial española, presentando áreas más abiertas para reuniones colectivas.
Con un enfoque similar, los arquitectos belgas Quentin Gérard, Guillaume Deman, Elisabeth Terrisse de Botton y Matthieu Brasebin consideraron las diferentes condiciones de los climas belga y español. Su instalación, titulada “Make It Rain”, se basó en la experiencia belga de utilizar agua para controlar el calor urbano, pero adaptándola al contexto seco de la región española. Pavimentaron el patio del Museo de La Rioja con ladrillos porosos y un estanque con agua extraída del río Ebro local. Si las temperaturas aumentaban en el patio inundado por el sol, los usuarios podían tomar una regadera y verter el agua sobre los ladrillos, su rápida evaporación disminuye la temperatura ambiente, creando así un espacio más cómodo y utilizable.
Sobre la circularidad del tiempo
Un componente inesperado para esta edición fue la contemplación del elemento tiempo. El Pabellón Off-Season de KOSMOS resaltó esta preocupación al proponer una alternativa al carácter temporal de las intervenciones del festival. En lugar de construir algo a partir de materiales nuevos, reutilizaron un material disponible localmente y estacionalmente: grandes jaulas de metal utilizadas para almacenar vino durante la temporada de producción, pero que no se utilizan fuera de temporada. La estructura temporal reinventó una composición similar a una basílica utilizando estos elementos, pero permitió un desmontaje y reutilización completos de las cajas, demostrando así principios de diseño circular y al mismo tiempo presentando un elemento de la cultura local que estaría oculto de otro modo.
Para esta edición de aniversario, Concéntrico lanzó una nueva provocación en forma de concurso para responder a la pregunta: «¿Cómo podría evolucionar una calle con una estrategia de diez años?» Una vez más, cediendo el control del proceso de diseño, el ganador Daryan Knoblauch propuso un enfoque iterativo, que puede adaptarse a las reacciones que recibe. La intervención pretende introducir un elemento extraño en un parque urbano, desafiando a los transeúntes a repensar sus interacciones con el espacio. Este desafío se enfatiza aún más a través de los diversos eventos organizados en el sitio, incluidos espectáculos en vivo que traspasan los límites de los comportamientos típicos en el espacio público. A través de colaboraciones con sociólogos y artistas, se documenta la reacción de la gente, lo que le permite informar futuras intervenciones y guiar el proceso de 10 años.
En lugar de un programa completo de 10 años de arriba hacia abajo, esta propuesta ganadora describe una metodología para escuchar a las comunidades locales y buscar formas de amplificar su mensaje. El nombre del proyecto, Scenius 26003, demuestra el mismo compromiso. La palabra Scenius fue acuñada por el músico y productor Brian Eno para combinar el concepto de «genio» solitario con el de su «escena», o la inteligencia colectiva de un grupo de personas.