No solemos prestarle la atención que merece, especialmente las seguidoras del blanco para todo, pero la pintura posee el poder de transformar la casa y actuar como un buen maquillaje. Así, es perfecta para alegrar cualquier estancia, hacer un ‘lifting’ a tu salón, ampliar los metros del dormitorio de matrimonio, proteger la pared de la cocina, bajar el techo del pasillo, cambiar la perspectiva de un espacio, delimitar ambientes contiguos o dar un toque de personalidad y estilo a cualquier estancia.
Por eso, tanto para los fans del blanco como para los que ven la vida y la casa a color, estas ideas de decoración te ayudarán a dar una manita de pintura para conseguir el efecto deseado.
Pasos previos
Antes de ponerte manos a la obra, es preciso que sepas a qué te enfrentas. Para ello, debes tener en cuenta el tamaño de la estancia, la luz, la altura de sus techos, el uso que tiene… Y ante la duda, recuerda que jugar con el color significa crear una buena relación entre los distintos tonos y buscar el equilibrio aplicando la ‘regla del tres’, lo que significa no sobrepasar ese número de tonos, para no caer en el caos cromático.
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Disimular imperfecciones
Si has quitado el gotelé y tu pared lisa muestra ahora alguna imperfección, lo ideal es apostar por alguna técnica decorativa, como el esponjado o el trapeado que, además de ocultar y disimular, agranda el espacio y aporta un bonito juego de luces y sombras. La pintura decorativa es ideal para ambientes rústicos, pero también sofisticados, siempre que apuestes por colores intensos.
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Elevar la altura de una habitación
Un techo claro y unas paredes oscuras aportarán (casi) por arte de magia altura a nuestras estancias. De la misma manera que, si rebajas la línea del techo con una moldura a 10-15 cm del forjado o pintas la parte baja de la pared de un color más oscura que la superior, harás más esbeltas los espacios. Si, además optas por muebles bajos, la impresión será el doble de efectiva.
Ampliar los metros
Los colores claros, con el blanco a la cabeza de la lista, y los pasteles son la mejor manera de ampliar las dimensiones de una habitación al instante. Puedes hacer un ‘total look’ en paredes y techo o usarlo solo en las paredes, jugando con otro tono suave en el techo. Si quieres potenciar la luminosidad, elige una pintura lacada o brillante.
Bajar el techo
Aunque adoramos los techos altos de los pisos antiguos, lo cierto es que también pueden producir cierta sensación de vacío y frialdad, donde los muebles se sientan perdidos. Para reducir esta impresión, traza una línea en la parte alta de la pared y píntala del mismo color que el techo, así no solo lo bajarás, sino que también lograrás un plus de calidez.
Aportar dinamismo
Combinar dos colores en la paredes, en sintonía o en contraste (blanco o negro) logra un efecto visual impactante y aportar, al mismo tiempo, un toque de dinamismo y personalidad a una estancia decorativamente correcta, pero algo sosa. No tengas miedo al resultado y acompáñalo con una decoración atrevida.
Separar ambientes
El ‘open concept’ se ha convertido en una de las máximas de decoración de interiores del momento, espacios abiertos y multifuncionales, donde se han eliminado las paredes a favor de una estancia común, que normalmente alberga salón, comedor y cocina, aunque también el despacho o, incluso, el dormitorio. En estos casos, la pintura puede llegar a ser muy útil, ya que permite delimitar ambientes sin necesidad de tabiques, usando tonos diferentes en cada zona o en una de ellas, creando, así, cajas dentro de la caja.
Crear una pared de acento
O lo que es lo mismo, una pared que queremos destacar sobre el resto, creando impacto visual. Una solución perfecta para dar un toque de originalidad tanto a un baño como a un dormitorio, el salón o la cocina. Aunque la paleta cromática de la estancia (paredes, suelo y muebles) es clave para determinar los colores que se van a contraponer, también puedes ir por libre y elegir tonalidades alejadas, aunque en esta situación debes ser más cuidadosa con el efecto de la luz y reducir los accesorios a la mínima expresión.
Corregir proporciones
Pintar dos paredes enfrentadas en un tono más oscuro o utilizar colores envolventes, como verde o terracota, te ayudará tanto a equilibrar estancias demasiado alargadas como a disimular irregularidades del espacio. Además, estos juegos cromáticos sirven también para aportar un plus de calidez, ya que acercan las paredes al resto de la decoración de interiores.
Destacar una zona
Pintar una pared de un color distinto al resto es una buena manera de otorgar protagonismo a una zona de la casa, como un rincón de lectura, la chimenea o la pared del cabecero, y también una forma de convertir algún defecto estructural, como una tubería o un suelo de madera muy deteriorado, en virtud, gracias a que, en lugar de esconderlo, lo mostramos con orgullo y lo convertimos en parte activa de la decoración.
Ensanchar una habitación
Si tu salón o tu dormitorio tiene planta en ‘L’ o es demasiado rectangular, lo ideal es pintar en un tono claro la pared del fondo y el resto en oscuros, lo que logrará ‘abrir’ visualmente nuestro espacio a los lados. Otra buena idea es pintar un zócalo alto que, además de estirar, dará un toque original y ‘chic’ a la estancia.
Acortar un pasillo ‘tubo’
Son uno de los problemas más frecuentes de las casas antiguas. Por eso, si tu pasillo es largo y estrecho y parece que no tiene fin, una buena idea, para ‘acortar’ las distancias, es pintar la pared final con una pintura oscura o llamativa, de manera que parezca que se acerca y el volumen es más compacto.