
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La casa se encuentra en la cima de una colina en Tunquén, un pueblo costero a poco más de una hora de Santiago. El encargo del cliente era diseñar una casa de playa que pudiera ser una residencia permanente en el futuro, pero no una casa convencional. Con esto en mente, al visitar el terreno, descubrimos que el mejor lugar para ubicar la casa era el punto más alto de la colina, que ofrecía la mejor vista pero también era el lugar menos protegido de los vientos, condición con la que tendríamos que lidiar.


Además, y dado que el terreno es bastante grande, consideramos apropiado que la casa se integrara con el sitio en 360 grados, adoptando la perspectiva de las villas con su entorno: la idea de poder mirar en todas direcciones. La idea general fue organizar el programa público —dormitorios, biblioteca, zona de barbacoa, gimnasio— en dos brazos que abarcaran casi 120 grados de vista, dejando una terraza protegida en el centro, donde se unen la sala de estar y, como un tercer brazo hacia el acceso y las colinas, el cuerpo que incluye los espacios de servicio.

Dado que la casa se encontraba en el punto más alto, coincidiendo con el acceso, establecimos esa planta como base, y los cuerpos que dan al mar se concibieron como dos volúmenes conectados por medias plantas (arriba y abajo), con un espacio central que concentra la mayor altura. En el centro geométrico de la casa, y como rótula, diseñamos un lucernario circular que permite la entrada de luz indirecta constante y que resuelve constructivamente los encuentros de cubierta de los tres cuerpos de la «Y».

Estructuralmente, la casa se diseñó con la menor cantidad de ejes estructurales posible, basándose en una retícula de 1,2 metros para optimizar las medidas de la madera. En el exterior, se especificó madera termotratada de tono oscuro, lo que permite evitar los altos costos de mantenimiento necesarios en entornos marítimos. El interior de la casa está revestido de pino en tonos más claros, creando un contraste cálido con la madera exterior.


La zona residencial donde se ubica la casa no cuenta con electricidad, agua potable ni alcantarillado, por lo que una parte importante del diseño fue considerar criterios de sostenibilidad. La casa genera su propia energía mediante paneles solares y cuenta con su propia planta de tratamiento de aguas residuales, garantizando autonomía y respeto por el entorno natural.
