Navegando los desafíos inherentes de una casa estrecha y entre medianeras –típica de parcelas urbanas con frente y profundidad limitados– asumimos la oportunidad de transformar su planta baja. El objetivo fue crear un espacio que no solo elevara significativamente su habitabilidad, sino que también reflejara profundamente la vibrante esencia de su propietaria, Beta. Una mujer llena de vida, practicante dedicada de yoga, y alguien que valora los momentos compartidos con amigos y familiares, el dinámico bagaje emotivo y cultural de Beta se convirtió en la inspiración guía para esta renovación. Imprimir su personalidad en la propia estructura de su hogar fue una tarea verdaderamente gratificante.

La planta baja de la casa presentaba inicialmente varias limitaciones funcionales y estéticas. El suelo consistía en un porcelanato gris frío e impersonal, visual y tácticamente poco acogedor. La división entre la sala de estar y el área de cocina/comedor era particularmente poco práctica y carecía de integración, separada por un pequeño pasaplatos que dificultaba el movimiento fluido y la interacción. En consecuencia, la sala de estar se sentía oscura, subutilizada, y servía principalmente como un simple pasillo. Aunque la cocina había sido reformada previamente, su ubicación central dentro de la distribución contribuía a la sensación de desunión de la planta baja.


Para transformar fundamentalmente la experiencia de la planta baja e incentivar su uso pleno e integrado, la integración espacial se convirtió en la estrategia de diseño primordial. Una intervención crítica implicó reimaginar la fachada frontal de la planta baja. Anteriormente caracterizada por muros angulados y pequeñas y restrictivas ventanas de vidrio esmerilado que limitaban la luz natural y la conexión con el exterior, la fachada fue abierta. Las aberturas originales, inadecuadas, fueron reemplazadas estratégicamente por grandes y expansivas puertas-ventana. Este cambio crucial sirvió para múltiples propósitos: mejoró drásticamente la penetración de luz natural y la ventilación cruzada en todo el espacio, y quizás lo más significativo, redefinió la relación con el patio delantero. Lo que antes era principalmente un espacio funcional de estacionamiento se transformó en una extensión del área social, difuminando los límites entre interior y exterior y permitiendo que el sol inundara el espacio interno, creando una atmósfera luminosa y aireada.

La elección de materiales desempeñó un papel clave en la definición de zonas y en la adición de calidez y carácter. En la sala de estar, el frío porcelanato gris fue reemplazado por suelo de parquet de madera natural. Este cambio de material introdujo instantáneamente calidez, textura y una sensación de conforto, delimitando claramente la zona de relajación y reunión social. En contraste, el área de cocina y comedor recibió una identidad distintiva a través de la introducción de baldosa hidráulica terracota. Estos azulejos artesanales, con su rico color y patrones intrincados, anclan el espacio, añadiendo una capa de profundidad cultural y personalidad vibrante. Muchos muebles existentes fueron cuidadosamente conservados y estratégicamente reubicados dentro de la nueva distribución integrada, demostrando un enfoque sostenible y permitiendo que la historia personal de Beta permaneciera parte del espacio renovado.


Un singular y continuo elemento de «armario» fue diseñado como un hilo conductor, conectando visualmente la sala de estar, la cocina y el comedor a lo largo de una pared. Esta pieza a medida cumple múltiples funciones de manera fluida. En la sala de estar, actúa como una unidad versátil que proporciona espacio para un televisor, asientos integrados y amplias estanterías para libros, objetos preciados y exhibiciones de arte.

Al extenderse hacia la cocina, se transforma, integrando espacio de encimera y soluciones de almacenamiento, manteniendo una línea limpia y cohesiva. Este elemento no solo proporciona funcionalidad esencial, sino que también actúa como un fuerte ancla visual, guiando la vista a través del espacio integrado. Una chimenea-calentador integrada dentro de este elemento añade un punto focal y proporciona calidez, mejorando la atmósfera acogedora, particularmente en el área de estar.

El resultado de este proyecto trasciende una simple reforma; es una verdadera encarnación de la personalidad y el estilo de vida de la cliente. La planta baja de la casa, el foco principal de nuestra intervención, se ha transformado con éxito de una serie de espacios desconectados y subutilizados en un entorno fluido, versátil y acogedor.

Ahora está perfectamente equipado y listo para recibir amigos, adaptarse a las rutinas diarias de Beta, incluida su práctica de yoga, y servir como un telón de fondo dinámico para una vida llena de conexión y actividad.
