El mercado inmobiliario en Lima Metropolitana cerró el año 2024 con un notable crecimiento del 30%, lo que se tradujo en más de 4,900 viviendas nuevas vendidas en comparación con el año anterior. Según cifras de la Asociación de Empresas Inmobiliarias del Perú (ASEI), el total de unidades vendidas ascendió a 21,479. Este crecimiento evidencia un renovado interés por adquirir vivienda en la capital, impulsado por diversos factores económicos y sociales.
Sin embargo, el auge del mercado no ha estado libre de cuestionamientos. A pesar del entusiasmo por comprar un departamento, muchos compradores toman decisiones apresuradas al enfocarse principalmente en el precio, la ubicación o los acabados estéticos del inmueble, dejando de lado un aspecto crucial: la evaluación técnica de la estructura y calidad de construcción.
Esta falta de análisis puede tener consecuencias importantes. De acuerdo con un estudio realizado por Best Place to Live, el 60% de los compradores no recomendaría la inmobiliaria que les vendió su departamento. La razón más frecuente está relacionada con problemas detectados al momento de la entrega, que van desde desperfectos menores hasta fallas significativas. En distritos como San Isidro, Miraflores y Lince, el 69% de los encuestados reportó observaciones en sus viviendas, principalmente relacionadas con acabados y detalles constructivos.
Frente a esta situación, José Ignacio Pacheco, decano de la Facultad de Diseño y Arquitectura de la Universidad de Ciencias y Artes de América Latina (UCAL), hace un llamado a los compradores para que adopten una mirada más técnica y rigurosa antes de concretar una compra. “Inspeccionar la estructura del departamento no debería ser opcional, sino una prioridad”, enfatiza el especialista.
Para ayudar a los futuros propietarios a tomar decisiones más informadas, Pacheco propone una guía básica con seis recomendaciones clave. La primera es revisar con detenimiento los elementos estructurales del inmueble, como columnas, vigas y muros portantes, para detectar posibles fisuras o deterioros. También se debe evaluar el estado general de la vivienda, prestando atención a los sistemas eléctricos, ventilación, aislamiento y calidad de materiales utilizados.
Además, sugiere solicitar actas recientes de la junta de propietarios, las cuales pueden revelar información valiosa sobre reparaciones estructurales, cuotas extraordinarias o conflictos internos. Asimismo, es importante verificar el buen funcionamiento de puertas y ventanas, y exigir —en el caso de departamentos nuevos— una lista detallada de materiales de acabados y un manual de mantenimiento.
Por último, los compradores deben asegurarse de que el edificio cumpla con las normas locales de edificación y sismorresistencia. Solicitar una copia de la licencia de construcción y revisar el reglamento interno del condominio son pasos fundamentales, ya que este documento puede incluir restricciones relevantes para la vida diaria, como el uso de áreas comunes o la tenencia de mascotas. En definitiva, adquirir un departamento sin una revisión técnica adecuada puede representar un riesgo innecesario para una inversión tan significativa.