El ambiente interno es el foco de este segundo artículo sobre el diseño para el ruido con el fin de mejorar el bienestar. Según varios estudios recientes, el ruido en las ciudades se ha convertido en un peligro creciente para la salud. El sonido ambiental, es decir, el ruido del tráfico, actividades industriales o música amplificada, que llega a los espacios internos, no es simplemente una molestia. Se ha vinculado a enfermedades cardiovasculares, diabetes, demencia y problemas de salud mental. A medida que el mundo se urbaniza, más personas están expuestas a niveles excesivos de ruido. En viviendas de densidad media y alta, en edificios de oficinas y en escuelas, la contaminación acústica puede provenir de fuentes internas así como externas.
Según tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Agencia Europea del Medio Ambiente, al menos el 20% de la población de la Unión Europea sufre de exposición prolongada al ruido. En Europa Occidental, esto resulta en la pérdida de 1.6 millones de ‘años de vida ajustados por discapacidad’ (AVAD), o años de buena salud, por año. Los niveles de ruido durante la noche son particularmente problemáticos, ya que conducen a alteraciones del sueño, lo que a su vez puede elevar el riesgo de desarrollar ansiedad y depresión. La OMS recomienda niveles de ruido nocturno de un máximo de 30 decibeles en dormitorios para un sueño de calidad, un nivel que a menudo se supera en entornos urbanos.

En lugares de trabajo y educación, de manera similar, la contaminación acústica puede tener un efecto perjudicial en la salud mental, la concentración y el bienestar. Las fuentes de ruido incluyen tráfico y aviones, música alta, charlas en lugares de planta abierta, o sonidos de impacto de propiedades adyacentes. El diseño ofrece soluciones poderosas para minimizar las perturbaciones acústicas. Elecciones arquitectónicas y de diseño interior cuidadosas pueden reducir significativamente el ruido, creando entornos más cómodos y productivos. En los lugares de educación, una buena acústica interna también ayuda con la audibilidad del instructor.
Mitigación del ruido externo

La primera línea de defensa contra el ruido exterior es el envolvente del edificio. Para todos los tipos de edificios, materiales densos en la fachada atenúan el sonido que entra, al igual que las ventanas insonorizadas con doble o triple acristalamiento. La posición y orientación del edificio pueden aliviar la necesidad de materiales acústicos de alto rendimiento, simplemente al orientarse lejos de fuentes de ruido como carreteras transitadas o ferrocarriles. La necesidad de ventilación adecuada a menudo entra en conflicto con la atenuación del ruido exterior, donde las ventanas abiertas se convierten en una brecha. La ventilación mecánica o los respiraderos de apertura acústicamente aislados pueden ser una solución.
Ruido en los hogares

Eliminar con éxito el ruido no deseado dentro de los hogares puede tener una profunda mejora en el bienestar de los ocupantes. Las estrategias de diseño reducen el paso del sonido desde el entorno exterior, desde hogares adyacentes y entre espacios dentro de la vivienda. Una buena planificación puede ser muy efectiva. Cerrar balcones para crear jardines de invierno en fachadas ruidosas puede ayudar a atenuar el sonido externo. Colocar dormitorios lejos de áreas animadas como la cocina y de los ejes de ascensores mejora el sueño, mientras que las habitaciones mismas pueden ser separadas por armarios y almacenamiento.

Prevenir la transferencia de ruido entre apartamentos adyacentes implica reducir el sonido aéreo y el sonido de impacto. Usar densidad en la separación de paredes y pisos, como con concreto, lana acústica y paneles de yeso densos, reduce la transmisión de sonido aéreo. El ruido de impacto se transfiere más comúnmente a través del piso y puede mitigarse utilizando pisos flotantes y capas acústicas de goma en la construcción del piso. Los corredores y escaleras comunes también pueden ser fuentes de ruido, donde las superficies duras en estos espacios largos pueden amplificar el sonido a medida que reverbera entre ellos. Introducir materiales suaves como alfombras y cielorrasos y paneles acústicamente absorbentes es un posible mitigador.
Ruido en oficinas y escuelas

Las fuentes internas de ruido son quizás más significativas en estos tipos de edificios, especialmente con las oficinas de planta abierta volviéndose más comunes por su potencial colaborativo y de bajo costo. Las oficinas de planta abierta han recibido una buena parte de críticas debido a su impacto en el bienestar y la productividad, principalmente por el ruido. Puede haber alguna mitigación subdividiendo grandes espacios y separando áreas de reunión y comunales de espacios de trabajo tranquilos. Las salas de reuniones pueden ser cerradas con paredes y puertas para contener cualquier sonido.

Para reducir el inevitable zumbido del ruido de fondo, se pueden utilizar materiales absorbentes de sonido en los acabados internos. Los techos son bien adecuados para esto, donde rafts acústicos, bafles o placas de techo acústicas pueden formar parte de la estrategia. Los muebles suaves también actúan como absorbentes de sonido. Sillas de respaldo alto, cubículos suaves y pantallas entre estaciones de trabajo ayudan a subdividir aún más el espacio. Plantas y vegetación interna ofrecen más absorción de sonido mientras que, al mismo tiempo, son visualmente agradables.

Los espacios de enseñanza tienen requisitos acústicos similares a los espacios de oficina. El impacto de un entorno ruidoso puede tener un efecto obstaculizador significativo en la educación de los niños, con algunas estimaciones que ponen la pérdida de inteligibilidad del habla en el 33% del contenido de una lección. Esto se suma a la irritación y pérdida de concentración, con potenciales problemas de salud mental desarrollándose. Mejorar la acústica en un aula se centra en la reducción del tiempo de reverberación. El uso de materiales absorbentes, por ejemplo, en el techo o en las paredes, puede reducir esto a no más de 0.6 segundos en frecuencias de habla media. Esto reduce el ruido de fondo general de la habitación mientras hace que el habla sea más inteligible.
Una visión holística

Controlar el nivel de ruido en el ambiente interno es esencial para el bienestar. Esto tiene que ver tanto con fuentes externas como internas de ruido, y es requerido en lugares de residencia, trabajo y estudio. En todos los casos, existe una jerarquía de estrategias, comenzando con la posición y orientación del edificio, pasando por la planificación del espacio interior, la tecnología y los materiales del edificio, y finalmente con los muebles. Cuando se implementan de manera reflexiva, estas medidas pueden reducir la carga de problemas de salud relacionados con el ruido y fomentar entornos que apoyen el descanso, la concentración y la resiliencia.
