El proyecto Jardins 95, firmado por Iná Arquitectura, nace del deseo de transformar un apartamento de 100 m², ubicado en un pequeño edificio de la década de 1940, en un espacio con atmósfera de casa. Situado en la parte trasera de un lote en el barrio de Jardins, en São Paulo, la propiedad se encuentra en un edificio de solo tres pisos, sin ascensor, con cubierta de tejas francesas.

La retirada del revestimiento de estuco reveló la estructura original del techo de madera, con más de 70 años. Este descubrimiento redefinió la espacialidad del apartamento, permitiendo un techo alto y aireado, que evoca la experiencia de estar en una casa de una sola planta. Para viabilizar este cambio, fue necesario reubicar el tanque de agua y reforzar las cerchas de la cubierta.


La planta fue completamente reorganizada: la cocina pasó a estar integrada con la sala, se creó un segundo baño y el dormitorio ganó acceso al balcón, formando una suite. El área de servicio, antes expuesta, fue reposicionada junto a la ventana y disimulada con carpintería a medida. Un banco de concreto moldeado in situ recorre el área social, funcionando como un elemento integrador entre la sala y la cocina.



El proyecto valora elementos originales y materiales atemporales. El piso de parqué fue cuidadosamente removido, almacenado, reinstalado y restaurado. La cocina recibió un azulejo hidráulico azul (modelo Estrella), que delimita el área y contrasta con el resto de la paleta —que incluye concreto expuesto, blanco y madera clara.

La elección de colores es puntual y estratégica, con toques de azul en la entrada, la cocina y la chimenea original —esta última preservada como elemento arquitectónico, a pesar de estar desactivada. El mobiliario reúne piezas firmadas, como el sofá Border, las butacas Pliant y Trevo (Prototype), y la banqueta Girafa de la Carpintería Baraúna, formando un ambiente contemporáneo.


La curaduría de arte refuerza el carácter afectivo y regional del proyecto, con obras de J. Borges, Estudio Moa, fotografías de Montevideo y un cartel de la película argentina Medianeiras.

Además del apartamento, el antiguo depósito en la planta baja del edificio fue transformado en una pequeña oficina independiente, con cubierta de vidrio, piso de azulejo hidráulico y banco de concreto, manteniendo el mismo lenguaje adoptado en el proyecto principal.
