Ubicada en un edificio histórico en Gotemburgo, esta renovación de apartamento combina la arquitectura doméstica de principios del siglo XX con un diseño contemporáneo. El proyecto encuentra un equilibrio entre la permanencia y la adaptabilidad, creando un entorno de vida que es tanto sólido como abierto al cambio.



La intervención principal implica reubicar el dormitorio al lado más tranquilo del patio, proporcionando un retiro privado. La antigua sala de estar ha sido transformada en una cocina luminosa y abierta que se conecta con el área de estar adyacente, creando una amplia zona social.


El diseño entrelaza elementos preservados del edificio original con nuevos, resultando en una paleta de materiales mínima y táctil. Las baldosas de terracota forman una base duradera que unifica el apartamento y conecta sus diversas habitaciones. Intervenciones arquitectónicas fijas adicionales crean un fondo tranquilo y duradero: superficies de azulejos, carpintería de madera a medida y paredes enlucidas de arcilla dan forma al espacio. En contraste, elementos móviles y flexibles, como carros con estructura de acero, carros de madera y cortinas, ofrecen informalidad y apertura al cambio. Toques industriales, como los carros con estructura de acero y cajas de plástico, subrayan el enfoque del proyecto en soluciones de bajo costo y reconfigurables.

En su esencia, el diseño permite una variedad de posibilidades de vida a lo largo del tiempo. Unidades de almacenamiento móviles, estanterías abiertas y particiones de cortina alientan a los residentes a interactuar con el espacio según sea necesario, ya sea para la soledad, el trabajo o reuniones sociales. Esta renovación es una reinterpretación, no una restauración. Es una conversación lúdica entre el pasado y el presente, la estructura y la espontaneidad. En lugar de imponer una nueva identidad, el diseño realza el carácter original del apartamento, extendiéndolo a un contexto contemporáneo.
