¿Cómo la industrialización y la responsabilidad ambiental pueden ir de la mano? ¿Qué estrategias de emplazamiento, tecnológicas o constructivas se pueden desarrollar sin perjudicar el paisaje circundante? La aplicación del módulo en la arquitectura se ha puesto en práctica desde hace ya años con una historia que involucra la búsqueda de la estandarización y coordinación modular entre materiales, productos y demás. Con el correr del tiempo, se ha ido complementando de diversos factores ambientales, sustentables, ecológicos y económicos con el fin de alcanzar la adaptabilidad y funcionalidad deseada por sus habitantes.
El módulo en la arquitectura es capaz de ocupar infinitos roles interviniendo desde el proceso de selección de materiales hasta la aplicación de tecnologías en torno a la circularidad, el uso eficiente del agua o la electricidad, los sistemas de refrigeración y climatización acorde a la región de que se trate, entre otros. Además, puede cumplir otras funciones tal como en la Casa Acqua en Brasil, donde la disposición organizativa en módulos permite brindar privacidad a los diferentes ambientes de la vivienda y reflejar tanto la arquitectura como su entorno circundante al rodearse de espejos de agua.
El módulo como actor frente al respeto de las condiciones naturales del entorno
La implantación de un proyecto juega un rol fundamental en la arquitectura modular siendo el contacto entre el módulo y el sitio uno de los principales desafíos a resolver. Desde SET Ideas, un estudio de arquitectura con sede en Córdoba, Argentina, se proponen industrializar la arquitectura y todo lo relacionado a ella, abordando cada diseño a partir de una base preconcebida y personalizándolo según las preferencias de sus clientes. Tanto los materiales, terminaciones, mobiliarios y aberturas como los detalles técnicos, resoluciones estéticas y funcionales se repiten como en las industrias, pero en la arquitectura.
Al proyectar los Módulos Habitables, ellos sostienen que la forma de emplazamiento no puede estandarizarse y requiere un diseño propio para cada sitio ya sea suspendido, apoyado, en voladizo o en contacto directo con el suelo. Los Módulos Tiny representan otro ejemplo donde a través de esta misma metodología se logran agilizar los procesos y, por ende, los resultados.
Combinando modernidad y respeto por el entorno, la construcción modular en fábrica de Casa Trica en Uruguay se piensa a través de módulos diseñados para optimizar el espacio y la funcionalidad. Manteniendo una conexión con el exterior y mínimas modificaciones sobre la topografía y flora del terreno, la fabricación dentro de un ambiente controlado garantizó un proceso eficiente y de alta calidad con módulos producidos en condiciones óptimas, eliminando el factor artesanal y asegurando un control de calidad constante. Así, se realizaron pequeñas intervenciones en el terreno en menos de una semana reduciendo los tiempos de construcción.
Por otro lado, Colectivo Creativo Arquitectos también apuesta a la eficiencia de los procesos constructivos, utilizando la modulación y los materiales en articulación con el entorno de emplazamiento y buscando convertir los lugares en paisajes habitables. Frente a un paisaje de alto valor natural como el de la Casa Mon Paradis en Colombia, se respetan las condiciones originales, de eficiencia y reversibilidad insertando un módulo habitable que domina lo natural de forma respetuosa e incorpora la sensación de paisaje en la superficie. La obra sintetiza los beneficios de la industrialización como precisión, rapidez, menores imprevistos, preservación de materiales, elementos y componentes siendo más responsables ambientalmente.
El módulo como impulsor del uso de tecnologías y sistemas de energías renovables
Ya sea sobre la ladera de una montaña, un bosque, el borde de una laguna o rio, existen múltiples caminos posibles para lograr una mínima huella en el paisaje. Adaptándose a diferentes climas y necesidades, los módulos “Labt-20” de Estudio Borrachia + GB Arquitectos en Argentina representan un sistema de ejecución en serie y fabricación en taller donde las bases se instalan en pocas horas pudiendo ser removidas en el mismo tiempo mientras que los “ganchos” de izaje se piensan como parte de la arquitectura, vinculados con el edificio en caso de tener que volver a trasladarlo.
En el diseño de estos módulos, el análisis del ecosistema a intervenir y su adaptación a las condiciones del sitio se trasladan a la lógica de fabricación. De esta manera, se incorporan criterios de funcionamiento pasivos básicos como la ventilación cruzada, el efecto “chimenea” o la cubierta verde según las estaciones y su interacción con el clima. Los módulos se completan con paneles fotovoltaicos, sistemas de refrigeración y calefacción por geotermia, termos solares y otros artefactos que optimizan el consumo y permiten, en situaciones extremas, su total desconexión de las redes de infraestructura.
Siguiendo la modulación para la optimización del proyecto, el 3x3x3 Pabellón de Esteras Perrote presenta una estructura habitable lineal que incorpora consideraciones sostenibles en la elección de materiales duraderos y reciclables como también en la integración con el entorno natural circundante. De hecho, se implementaron medidas para reducir el impacto ambiental, promoviendo la eficiencia energética y la coexistencia responsable con el contexto.
El módulo como optimizador de materiales en el proceso constructivo
Si bien varios arquitectos han desarrollado sus proyectos buscando integrar la construcción de viviendas y la industria de manera eficaz, aún queda un largo camino por recorrer donde la optimización de los materiales, el empleo de maquinarias y mano de obra especializada, y los procesos de fabricación, montaje o ensamble de los elementos de construcción alcancen a conformar un todo que comprenda las características de cada sitio en particular y se conecte con la naturaleza que lo rodea.
En un camino hacia la integración de la arquitectura y el clima, la Casa Ghibli en Brasil adopta un sistema constructivo modular metálico a partir de materiales que se dimensionan acorde al tamaño de los módulos dando lugar a una construcción en menos tiempo y con un mínimo desperdicio de material. Otro caso particular es la Casa Prat-Valdés en Chile, cuya proyección en módulos de 3,20 metros permite optimizar la madera, que viene de ese largo de fábrica.
